Mariúpol cae en manos rusas tras la rendición de los defensores de la acería Azovstal

Los 265 militares atrincherados desde el 25 de diciembre, 51 de ellos graves, han sido trasladados a territorio bajo control separatista.

Varios autobuses trasladan a los soldados ucranianos que se han rendido en la acería de Azovstal.
Varios autobuses trasladan a los soldados ucranianos que se han rendido en la acería de Azovstal.
ALEXANDER ERMOCHENKO/EFE

Este lunes por la noche 265 militares ucranianos atrincherados en la acería Azovstal, el último reducto de resistencia en la ciudad portuaria de Mariúpol, fueron evacuados a la localidad de Olenevka, en la autoproclama República Popular de Donetsk. Entre ellos había 51 con heridas graves, que fueron enviados a un hospital en la localidad de Novoazovsk, también bajo control de las fuerzas prorrusas.

El Ministerio de Defensa de Moscú aseveró que todos se entregaron. "En las últimas 24 horas depusieron sus armas y se rindieron", reza el comunicado castrense del Kremlin. La misma información fue difundida también por las autoridades separatistas de Donetsk.

Mientras, la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshuk, anunciaba que la "operación humanitaria para salvar a los defensores de Azovstal continúa". En los sótanos de la acería, según distintas fuentes, podría haber todavía más de mil combatientes del batallón Azov, unidad que Moscú considera un grupo "nazi", de los cuales unos 600 estarían heridos.

Sin embargo, el asesor de la Presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak, admitió este martes que las negociaciones para intercambiar a los prisioneros de Azovstal "están siendo muy difíciles, aunque hay esperanza". El presidente ruso, Vladímir Putin, necesitado de algún triunfo que presentar a su ciudadanía y que al lanzar la actual ofensiva en Ucrania precisó que uno de sus objetivos es "desnazificar" y "castigar" a los extremistas ucranianos, difícilmente va a aceptar el canje de los combatientes del batallón Azov.

De hecho, el diputado ruso y miembro de la delegación negociadora en las congeladas conversaciones con Ucrania, Leonid Slutski, consideró que habría que poner fin a la actual moratoria vigente en Rusia sobre la pena de muerte de manera que pueda ser aplicada a los miembros del batallón Azov. Según su opinión, "no merecen vivir después de los monstruosos crímenes de lesa humanidad que han cometido y que cometen continuamente contra nuestros prisioneros".

"Estándares internacionales"

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no obstante, declaró ante las cámaras de televisión que los prisioneros de Azovstal "serán tratados de acuerdo con los estándares internacionales". "Todo saldrá bien, estamos seguros de que venceremos y lograremos todos nuestros objetivos en esta operación. Nuestro presidente sabe hacia dónde lleva al país", subrayó.

La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Malyar, dijo el lunes por la noche en relación con los militares en poder de las fuerzas rebeldes del Dombás que "para lograr su regreso a casa se realizará un procedimiento de intercambio. Con respecto a los defensores que aún permanecen en el territorio de Azovstal, las medidas de rescate se seguirán llevando a cabo con esfuerzos conjuntos".

Según sus palabras, "los defensores de Mariúpol cumplieron en su totalidad las tareas asignadas por sus mandos. Desafortunadamente, no tenemos la oportunidad de liberar a Azovstal por medios militares". Malyar incidió en que "ahora la tarea común más importante para Ucrania y el mundo entero es salvar las vidas de los defensores de Mariúpol".

Misión completada

De igual forma se expresaba en un comunicado el Estado Mayor del Ejército de Kiev: "la guarnición de Mariúpol completó su misión de combate. El más alto mando militar emitió una orden a los comandantes de las unidades ubicadas en Azovstal para salvar la vida de sus efectivos". Gracias a ellos, prosigue la nota, "pudimos disponer del tiempo que necesitábamos de manera crítica para crear reservas, reagrupar fuerzas y recibir asistencia de nuestros aliados. Los defensores de Mariúpol son los héroes de nuestro tiempo. Estarán para siempre en la historia".

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, manifestó que "nuestros militares han lanzado la operación para rescatar a los defensores de Mariúpol. El trabajo continúa y se necesita delicadeza" para su exitosa culminación. "Gracias a las acciones del Ejército, la inteligencia, el equipo negociador, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la ONU, esperamos poder salvar la vida de nuestros muchachos", declaró el mandatario.

El corredor humanitario en Azovstal para evacuar a los militares ucranianos dispuestos a deponer las armas fue organizado el lunes por el Ministerio de Defensa ruso. Para ello fue declarado un alto el fuego momentáneo. Según Moscú, el operativo fue consensuado con el Ejército rival. Mariúpol empezó a ser atacada desde el día siguiente a inicio de la invasión, el pasado 24 de febrero, y ha estado asediada durante casi dos meses. La ciudad cayó el pasado 21 de abril, pero no así la siderúrgica Azovstal, contra la que las tropas rusas se han empleado a fondo con artillería, misiles, aviación y, según denuncia Kiev, incluso armamentos prohibidos como bombas de fósforo.

Por otro lado, un ataque ruso con misiles contra un campamento de entrenamiento militar ucraniano en la localidad de Desna, situada a unos 60 kilómetros al norte de Kiev y en la región de Chernígov, causó este martes ocho muertos y doce heridos. Así lo informó el portavoz de los servicios de emergencia de la región, Oleksandr Ivchenko.

Las tropas rusas abandonaron el entorno de Kiev a comienzos de abril pero, según palabras del jefe de la Administración Militar Regional de Chernígov, Viacheslav Chaus, este último incidente "demuestra de nuevo que la guerra no ha terminado y que no ha abandonado la región ni nuestras ciudades".

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