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El mercado vuelve a la bombardeada Borodianka

En esta ciudad en ruinas de unos 13.000 habitantes fueron destruidas la mitad de las casas durante la ocupación rusa.

El mercado vuelve a la bombardeada Borodianka
El mercado vuelve a la bombardeada Borodianka
MIGUEL GUTIÉRREZ

No hace aún un mes que las tropas rusas se retiraron de la localidad de Borodianka, en la región de Kiev, dejando centenares de muertos, cascotes y destrucción, pero sus habitantes tratan de retomar sus rutinas. Este jueves ha sido el primer día de mercado.

Una veintena de vendedores ambulantes han regresado a sus puestos en la plaza del pueblo, en un entorno que era casi mejor no ver: hay solares donde un día hubo edificios enteros, y entre las grietas que las bombas dejaron en un residencial de unas diez plantas se asoman lavadoras, frigórificos o la ropa tendida que nadie recogió antes de huir del bombardeo.

En esta ciudad en ruinas de unos 13.000 habitantes fueron destruidas la mitad de las casas durante la ocupación rusa, un tiempo durante el cual unas 500 personas permanecieron en la ciudad. En la región de Kiev lanzaron los rusos unos 22.000 misiles.

Destrucción generalizada en Borodianka
Destrucción generalizada en Borodianka
MIGUEL GUTIÉRREZ

Aún se siguen encontrando cadáveres y se realizan exhumaciones, unas tareas que coinciden en el tiempo con el intento de volver a la normalidad. Ya han vuelto el suministro de agua y la luz, es posible encontrar comida y las autoridades entienden y apoyan que vuelvan los vecinos que conservan sus casas.

Es lo que ha hecho hoy mismo Tatjana, de 60 años, una profesora de geografía que fue evacuada el 2 de marzo y que el próximo lunes volverá al trabajo. Aunque no habrá alumnos en su instituto de Borodianka, ella planea dar sus clases online.

No sabe ni qué decir ni qué pensar porque es la primera vez que pasea por su pueblo de nuevo y lo ve hecho pedazos, "como en una película de la Segunda Guerra Mundial". Ha venido a la plaza para ver si seguía en pie la casa de unos familiares y va a aprovechar para comprar algo de pescado.

“Esto es triste pero no tengo más remedio que estar aquí. Este es mi sitio, tenía que volver”, explica esta profesora.

Igor tiene 5 años y va al mercado de la mano de su vecina Alexandra, una amiga de su madre. Si le preguntas cómo está, contesta: “Bien”. Pero no tarda en añadir: “Si escucho algún sonido como el de las bombas tengo miedo”. Su hermana tiene siete años y también está bien. Su vecina les acaba de comprar dulces.

El mercado vuelve a la bombardeada Borodianka
El mercado vuelve a la bombardeada Borodianka
MIGUEL GUTIÉRREZ
El mercado vuelve a la bombardeada Borodianka
El mercado vuelve a la bombardeada Borodianka
MIGUEL GUTIÉRREZ

Alexandra estuvo con ellos y con su madre escondida durante tres días en un refugio hasta que consiguió salir de Borodianka. Ahora está contenta de poder volver. “Nací aquí, esta es mi casa y este es mi sitio. No sé adónde más tendría que ir”, dice.

Orsana, sin embargo, tiene 52 años y vive en Galynka, la localidad de al lado de Borodianka, pero ha venido al mercado porque en su pueblo ya no hay supermercado y es muy difícil conseguir comida.

Se fue hacia el oeste del país a casa de unos familiares y ha vuelto también esta semana, en cuanto las autoridades lo han autorizado tras revisar que las calles estuvieran libres de minas. Está contenta de volver, aunque no se acostumbra a lo que ve.

“Mi pueblo parece ahora Siria pero hay que seguir, no tenemos más remedio”, dice Orsana, que pide por favor varias veces que se destaque su agradecimiento a todos los que han hecho posible la llegada de ayuda humanitaria.

Orsana tiene un huerto en casa y la ilusión de plantarlo. Normalmente sembraba las patatas a principios de abril, pero este año no pudo: estaba refugiada. Está contenta de haber vuelto porque cree que aún está a tiempo de sembrar. Quiere recoger, como todos los años. 

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