Condena de cadena perpetua para uno de los asesinos más sonados de Francia

Nordahl Lelandais, un exmilitar de 39 años ha sido sentenciado por la muerte en agosto de 2017 de una niña de nueve, Maëlys de Araújo.

La prisión francesa de La Sante, donde ingresó Ternera tras su arresto en mayo.
Imagen de archivo de una carcel francesa.
Julien de Rosa/EFE

La Justicia francesa condenó este viernes a cadena perpetua a uno de los asesinos más conocidos del país, Nordahl Lelandais, un exmilitar de 39 años sentenciado por la muerte en agosto de 2017 de una niña de nueve, Maëlys de Araújo.

El Tribunal de Isère, cerca de la frontera con Suiza, decretó que 22 años sean de obligado cumplimiento, sin posibilidad de beneficiarse de permisos.

"Reconozco los hechos que se me reprochan. Sé que las familias no aceptarán nunca mis disculpas, pero se las pido con total sinceridad", dijo el condenado, juzgado también por agresiones sexuales a dos primas suyas de cuatro y seis años en ese mismo verano de 2017.

La pequeña desapareció el 27 de agosto de 2017 durante la celebración de una boda a la que asistieron al menos 180 invitados. Su cuerpo fue hallado el 14 de febrero de 2018 y Lelandais, que estaba en prisión provisional desde septiembre, confesó ese mismo día el crimen, aunque dijo entonces que fue "accidental".

"Ya no hará daño a nadie más. Ese era mi objetivo. Estoy contenta con el veredicto y aliviada de que por fin todo haya terminado. La condena está a la altura de lo que esperaba. No sabremos nunca cómo murió, solo lo sabe él, pero está condenado y espero que piense en lo que hizo", expresó la madre de la niña, Jennifer de Araujo.

El abogado de Lelandais anunció que no recurrirá la sentencia: "Es hora de pasar página", señaló Alain Jakubowicz, quien consideró que presentar un recurso sería prolongar de forma "indigna" el calvario de la familia afectada.

Lelandais había sido condenado en mayo de 2021 a 20 años de cárcel por el asesinato de un miliar, el cabo Arthur Noyer, en abril de 2017. Los investigadores sospecharon de él porque su teléfono había sido localizado en la misma zona en la que estuvo la víctima, cuyo rastro se perdió a su salida de una discoteca.

En el juicio de Maëlys, que duró tres semanas, acabó reconociendo que la mató "voluntariamente" golpeándole la cara. Aseguró, según los medios, haber tenido un ataque de pánico, una alucinación, al ver en la cara de la niña el rostro de Noyer. 

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