Erdogan no expulsará a los embajadores al considerar que hubo una disculpa

Los diplomáticos criticaron los continuos retrasos en el juicio del activista, que "arrojan una sombra sobre la Judicatura turca".

El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
VOCENTO/REUTERS

No habrá crisis diplomática. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dio marcha atrás este lunes y anuló la expulsión de diez embajadores occidentales, que él mismo anunció el pasado día 23, interpretando que las representaciones implicadas se habían retractado mediante un segundo comunicado, emitido hoy.

El primer texto, distribuido el pasado día 18 y firmado por los embajadores de Alemania, Dinamarca, Francia, Finlandia, Países Bajos, Suecia, Noruega, Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos, pidió la liberación del empresario y activista turco Osman Kavala, que lleva cuatro años en prisión preventiva.

Los diplomáticos criticaron los continuos retrasos en el juicio del activista, que "arrojan una sombra sobre la Judicatura turca", y recordaron que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya ha decretado su puesta en libertad, que no se ha producido.

Erdogan consideró estas frases un intento inaceptable de "dar lecciones" a Turquía y el día 23 anunció que había "dado instrucciones al Ministerio de Exteriores" de declarar cuanto antes persona 'non grata' a los diez embajadores, el paso formal que conlleva la expulsión de un diplomático.

Pero tras la reunión del gabinete ministerial, celebrada hoy, el mandatario dio marcha atrás, aunque dando a entender que habían sido las embajadas implicadas las que habían rectificado.

"Un paso atrás"

"El comunicado de los embajadores atacaba directamente nuestra Judicatura. Era un insulto a nuestros jueces y fiscales. No podemos aceptarlo. Mi deber es dar la respuesta necesaria. Hoy, el nuevo comunicado por parte de los mismos embajadores es un paso atrás. Confiamos en que en el futuro serán más cuidadosos", dijo Erdogan.

El breve texto de la embajada estadounidense, en inglés y turco, que permitió el giro de Erdogan, solo apunta que "en relación con el comunicado del 18 de octubre, Estados Unidos afirma cumplir con el artículo 41 de la Convención de Viena", que veta a los diplomáticos inmiscuirse en los asuntos internos del país en el que están destinados.

Pero varios medios gubernamentales presentaron este comunicado como "un paso atrás" de las embajadas implicadas, y antes de terminar la reunión del gabinete, la agencia estatal turca Anadolu, citando "fuentes del entorno presidencial", ya aseguró que Erdogan había "acogido con agrado" el texto.

La lira se recupera

Muy poco después, Ömer Çelik, portavoz del AKP, el partido islamista fundado y dirigido por Erdogan, difundió varios mensajes en Twitter en los que reforzaba la impresión de que Turquía había ganado el pulso, al forzar a las embajadas a declarar su compromiso de cumplir con el artículo 41.

"Siempre acogeremos de forma positiva el trabajo de las misiones diplomáticas que cumplan este principio", escribió Çelik.

Los mercados interpretaron estas palabras como una señal de que la crisis se desactivaría y la lira turca, que por la mañana había bajado un 2,4 % en pocas horas, recuperó todas sus pérdidas y se colocó en el valor del día 22, de 11,0 unidades por euro.

La solución diplomática a la crisis viene después de una jornada de intenso debate nacional, en la que numerosas voces del entorno del AKP subrayaron la imperiosa necesidad de evitar un paso tan drástico, que llevaría a un aislamiento internacional de Turquía.

Voces de moderación

Incluso el expresidente Abdullah Gül, cofundador del AKP junto a Erdogan, rompió su prolongado silencio para advertir, mediante una entrevista en el diario opositor Sözcü, que la expulsión perjudicaría el país y sería "una carga para Turquía".

Algunos círculos nacionalistas aplaudieron la línea dura y vaticinaron un heróico enfrentamiento de Turquía con el mundo entero, pero eran más las voces que pedían moderación.

La crisis se ha vivido apenas una semana antes de la próxima cumbre del G-20 en Roma, en la que Erdogan planea reunirse con su homólogo estadounidense, Joe Biden.

Pero las afirmaciones tajantes de Erdogan, hoy mismo, de que la Judicatura turca es independiente y no debe recibir instrucciones de nadie casan mal con sus recientes comentarios en los que se opuso a la liberación de Kavala, comparando su encarcelamiento al de "ladrones, asesinos y terroristas" en otros países.

Kavala está acusado de intentar derrocar el Gobierno tanto mediante la supuesta instigación de las protestas populares laicas de Gezi en 2013 como mediante la colaboración con el fallido golpe militar de 2016, que Ankara atribuye a la cofradía del predicador islamista Fethullah Gülen.

Tras las declaraciones de Erdogan, Kavala anunció que no comparecería en futuras sesiones -la próxima se prevé para el 24 de noviembre-, al considerar imposible un desarrollo normal del juicio en estas circunstancias.

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