En juego las vacaciones de 18 millones de británicos

Las repercusiones pueden alcanzar a los vuelos, el acceso a la Sanidad e incluso la conectividad de los móviles.

Éxodo de turistas británicos por la cuarentena
Éxodo de turistas británicos por la cuarentena
Ramón de la Rocha/Quique García/EFE

España será el país de la eurozona más perjudicado económicamente por el 'brexit', según un reciente informe del Banco de España que explica que nuestro país cuenta con una exposición "notablemente superior" a la de otras grandes economías en términos tanto comerciales como financieros. Sobre todo, aquí influye el importante peso del turismo británico, ya que Reino Unido es el principal mercado emisor: en 2019, uno de cada cinco turistas que llegaron a España era británico (21,6%), y en su conjunto aportaron el 19,4% del gasto de los que visitaron nuestro país. Más de 18 millones de personas en solo un año.

Las comunidades con mayor presencia de turistas británicos son Canarias, Baleares y Andalucía; entre las tres, recibieron a la mitad de los visitantes procedentes de Reino Unido el año pasado. En estas zonas, junto con el litoral mediterráneo, es además donde los británicos compran más viviendas. Esta dependencia producirá un impacto económico que habrá que valorar una vez superada la crisis del coronavirus, ya que la pandemia seguirá influyendo en el turismo de 2021 a pesar de la vacuna, debido la falta de confianza de los viajeros internacionales.

Desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo revelan que la posición de España siempre ha sido "procurar que los británicos sigan viniendo a partir de mañana en las mismas condiciones que antes". Desde la patronal del sector turístico, Exceltur, su vicepresidente, José Luis Zoreda, asegura que las incertidumbres de la covid-19 todavía se superponen a las del acuerdo de 'brexit'.

Son varios los elementos de la negociación que determinarán el futuro del turismo británico en España. En primer lugar, la conectividad y los vuelos directos, para lo que se necesita un cambio legislativo en Europa que permita a las aerolíneas británicas operar en las mismas condiciones que antes. "Necesitamos aviones que unan ciudades más allá de las capitales, que haya vuelos Newcastle-La Palma", explica Ramón Estalella, secretario general de Cehat, la confederación de alojamientos turísticos.

También será importante establecer qué tipo de control habrá en las fronteras para no ralentizar demasiado los tránsitos en los aeropuertos, así como el carné de conducir, ya que aún está por concretar si se homologará el permiso británico con el europeo para conducir sin problema coches propios o de alquiler en territorio comunitario. Y un punto básico en el que no se suele reparar es el 'roaming', la conexión a internet de los móviles al llegar a España.

Desde 2017, los europeos viajan sin tener que pensar en el coste de llamar o navegar desde sus teléfonos con un coste extra, pero con la salida de Reino Unido vuelven las dudas. "Si no conseguimos que los británicos usen sus móviles igual que antes, afectará muy negativamente al turismo", vaticina Estalella.

Pero, más allá de puntos clave a concretar entre Londres y Bruselas, el turismo se recuperará en función de la propia recuperación económica del país. Emilio González, profesor de Economía de la Universidad Pontificia Comillas (Icade), explica que la capacidad turística dependerá del poder adquisitivo de los británicos y la tasa de desempleo que quede después de la pandemia. "La crisis del coronavirus está golpeando mucho al Reino Unido porque el comercio minorista tiene mucho peso en su economía y el confinamiento y el teletrabajo están haciendo desaparecer muchos locales comerciales", agrega.

A ello hay que añadir la quiebra de los grandes turoperadores. Antes del estallido de la crisis sanitaria fue el caso de Thomas Cook, y los demás aún no saben si sobrevivirán a la debacle económica. "Muchas aerolíneas están solicitando rescates del Gobierno y no se han celebrado ferias como Fitur donde hacer contratos", lamenta el profesor.

En este sentido, Rafael Gallego, vicepresidente de la Confederación de Agencias de Viajes (CEAV), asegura que los turoperadores no podrán seguir asentados en España, al no ser comunitarios. Esto es "positivo" para el sector de las agencias españolas, ya que se necesitará una licencia especial para trabajar en la eurozona.

La depreciación de la libra

Uno de los problemas añadidos es la posible depreciación de la libra. Los británicos son los turistas más sensibles a la evolución de su moneda; cuanto más caiga respecto al euro, más caro será venir a España para ellos. El último mes se ha producido una depreciación del 38%, lo que supone que un viaje a nuestro país castigaría casi un 40% más su cartera que hace un año.

"Muchos de los visitantes británicos son de clase media, que ahorran todos los meses para disfrutar de unas vacaciones. Con la devaluación de su moneda podrían cambiar el destino o incluso no viajar", mantiene Ramón Estalella.

No obstante, en los últimos días, la moneda británica se ha revalorizado, animada por los favorables pronósticos del acuerdo de salida ordenada de la Unión Europea y por la mejora en la situación sanitaria de la pandemia. En su cruce frente al dólar, la libra se sitúa por encima de 1,34, recuperando niveles de mayo de 2018. Y frente al euro, también por encima de 1,10 unidades.

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