Boris Johnson permanece estable y su ministro de Exteriores toma el mando 

La reina Isabel II envía un mensaje de apoyo a la familia del primer ministro, ingresado en cuidados intensivos desde el lunes.

Una furgoneta transporta una pantalla con la imagen de Boris Johnson junto al hospital donde se encuentra ingresado.
Una furgoneta transporta una pantalla con la imagen de Boris Johnson junto al hospital donde se encuentra ingresado.
VICKIE FLORES

El primer ministro británico, Boris Johnson, se encuentra estable en el hospital de St. Thomas, donde fue ingresado el domingo con síntomas persistentes de coronavirus, pero no ha necesitado por ahora asistencia mecánica para respirar. Sus portavoces describen la terapia que se aplica al jefe de Gobierno como estándar, lo que lleva a deducir que respira durante el tratamiento con una mascarilla que eleve la proporción de oxígeno inhalado.

El ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, que le sustituye "cuando sea necesario" -según la versión del lunes- y "mientras sea necesario" -según la de esrte martes-, se mostró "convencido de que saldrá de esta". "Si algo sé de este primer ministro es que es un luchador", dijo. Por su parte, la reina Isabel II envió un mensaje a su pareja, Carrie Symonds, que está embarazada, y a la familia del primer ministro.

Las informaciones sobre el estado de Johnson que ofrecen sus portavoces, al mediodía, o las que se dan luego en la rueda de prensa diaria del Gobierno a la hora del té, siguen siendo escasas. Pero han creado un sentimiento de tranquilidad tras el impacto de su ingreso en la unidad de cuidados intensivos, en la noche del lunes. El primer ministro no parece estar grave y es posible que regrese pronto a su trabajo.

¿Pero qué es pronto? Los medios británicos preguntan a Raab, por ejemplo, si el Gobierno ha tomado ya una decisión sobre el fin del confinamiento, que en principio estaba previsto para esta semana. Y el ministro de Exteriores da largas con su estilo tieso. Los asesores científicos señalan la promesa de una llanura en el crecimiento de casos, pero piden tiempo y más datos para confirmar que la evolución es prometedora.

Los periodistas preguntan entonces a Raab quién tomaría la decisión en el gabinete británico si se produjera una divergencia entre ministros sobre el momento de poner fin al encierro de la población. Quiso ser líder del Partido Conservador tras la dimisión de Theresa May pero este abogado karateca, que fue diplomático y al que la política le ha catapultado a la dirección del Foreign Office, es quizás muy modesto.

El gabinete se rige por la responsabilidad colectiva, repitió el jefe de la diplomacia británica una y otra vez, ignorando la insistencia de quienes le señalaban que la responsabilidad colectiva llegaría precisamente después de tomar la decisión. "Sabemos exactamente lo que quiere y espera de nosotros", dijo. "Puedo asegurar al primer ministro, y podemos asegurar al público, que su equipo ni pestañeará ni se asustará ante la tarea presente".

Johnson no es el jefe de Gobierno que las masas sueñan con tener al frente del país en una epidemia, Raab combina tensa cortesía con retórica de 'boyscout' y Michael Gove, el ministro que tiene mayor peso y poder político -y un título que lo camufla, pues es secretario de Estado para el Ducado de Lancaster-, dio una entrevista presidencial este martes y se aisló después durante 14 días, porque un allegado suyo tiene coronavirus.

Poder discreto

No hay crisis de gobernación, sin embargo, por el poder continuo de altos funcionarios políticamente independientes. Es posible que el Servicio Nacional de Salud (NHS) tenga suficientes camas, tras las gestiones de las últimas semanas, para hacer frente al pico de la epidemia sin ser desbordado. El responsable principal, el consejero-delegado del NHS, sir Simon Stevens, es un profesional de la gestión sanitaria con experiencia internacional, que ha trabajado tanto para Gobiernos laboristas como conservadores.

En el centro de la mesa del Consejo de Ministros, junto a Johnson, se sienta el secretario del gabinete, sir Mark Sidwell, que fue diplomático menor como Raab, secretario privado de ministros laboristas. Fue alto funcionario de confianza de Theresa May y continúa a la vera del 'premier' con sus tres funciones: asesorar al primer ministro y al gabinete, hacer que sus decisiones se ejecuten a través de la administración pública y ser responsable del Comité Nacional de Seguridad.

La lista de instrucciones que Raab dice que Johnson les ha dado probablemente la escribió Sedwill. El alto funcionariado ofrece continuidad en la gestión del Gobierno a pesar de la incesante revolución que ha arrojado al país el Partido Conservador en los últimos años, rematada con el 'brexit'. Hay críticas que parecen justificadas a la Administración británica, pero la ausencia de Johnson no da por el momento la sensación de vacío de poder.

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