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Muere tras comerse un lagarto por una apuesta y sufrir diez días de agonía
Los médicos no alcanzan a dar una respuesta certera y su familia cree que el hombre "se pudrió de dentro hacia afuera".
Un australiano de 34 años falleció el pasado diciembre después de, al parecer, comerse un pequeño lagarto a causa de una apuesta. El hombre, David Dowell, sufrió hasta diez días de agonía y acabó muriendo cuando iba a ser operado, aunque las causas todavía no están del todo claras. Su familia exige respuestas y saber qué es lo que realmente le ocurrió.
El fallecido acudió a una fiesta navideña el día 1 de diciembre, durante la cual, sus amigos, aseguran que le vieron ingerir un pequeño gecko después de que un conocido lo retase. Según una información de The Brisbane Time recogida por 20 Minutos, al día siguiente empezó a sentirse mal, aunque en un primer momento creyó que se trataba de una simple resaca.
Después, al ver que los síntomas no mejoraban, la familia terminó por llamar a una ambulancia solicitando su traslado a un hospital pero, según cuenta su hermana, los paramédicos se negaron alegando que se trataba únicamente de una gastroenteritis.
El hombre, padre de tres hijos, comenzó a vomitar bilis verde y finalmente, el 4 de diciembre fue diagnosticado de salmonelosis, una bacteria que causa diarrea, dolores estomacales y fiebre.
"Se pudrió de de dentro hacia fuera"
El estado de Dowell fue a peor y no solo padeció vómitos, sino que su orina se volvió negra, su estómago y sus testículos se hincharon y sus pulmones se llenaron de líquido procedente del estómago. La madre del fallecido asegura que sus testículos llegaron a alcanzar el tamaño de "pomelos". Por todo esto su familia considera que el hombre "se pudrió de dentro hacia fuera".
Dowell terminó falleciendo el día 11 de diciembre, diez días después de que supuestamente se comiera el lagarto, aunque las causas de su muerte todavía no están claras y los médicos no pueden asegurar ni descartar que se debiera a este motivo.
Su familia pide respuestas y conocer qué es lo que realmente ocurrió: "Quiero justicia para David", sentencia su hermana.
