El canciller austríaco afronta una moción de censura por el 'caso Ibiza'

El llamado 'Ibizagate' provocó la dimisión de Strache, la salida de todos los ministros del FPÖ del Gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones, seguramente en septiembre.

El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, y el canciller federal, Sebastian Kurz, este domingo en una rueda de prensa.
El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, y el canciller federal, Sebastian Kurz, en una rueda de prensa.
LEONHARD FOEGER

El jefe del Partido Popular austríaco (ÖVP) y jefe del Gobierno, Sebastian Kurz, se somete este lunes a una moción de censura provocada por el escándalo de corrupción que afecta al ultranacionalista FPÖ y que ha provocado la ruptura de la coalición entre esos dos partidos y el adelanto electoral.

Tanto la cúpula del Partido Socialdemócrata (SPÖ) como la del Partido Liberal (FPÖ) celebran esta mañana reuniones para ultimar los detalles de su postura frente a la moción de censura que ha anunciado presentará la progresista formación Jetzt.

Para las 10.00, se ha convocado una sesión extraordinaria solicitada por el SPÖ para pedir explicaciones a Kurz y su Gobierno sobre las sospechas de corrupción desatadas por el llamado 'caso Ibiza', y luego se espera se procederá a la citada moción.

Kurz ha sido señalado por la oposición como responsable de haber llevado al Gobierno, tras las elecciones de 2017, al FPÖ, un partido que en los últimos meses protagonizó varios escándalos por declaraciones xenófobas y antisemitas, e incluso por contactos con grupos neonazis de algunos de sus miembros.

El partido ultra, que controlaba las carteras de Defensa, Interior y Exteriores, además de Infraestructuras y Sanidad, fue acusado también de ataques a la libertad de prensa y de haber provocado que numerosos servicios secretos aliados cortaran el contacto con Austria, debido a la cercanía del FPÖ con Rusia.

Kurz había tolerado, o criticado tibiamente, a su socio de gobierno en todos esos escándalos, hasta que el pasado día 17 se hizo público un polémico vídeo.

En las imágenes se ve al ya exjefe del FPÖ Heinz Christian Strache mostrarse dispuesto a recibir financiación ilegal para su partido a cambio de dar contratas públicas a una mujer que se hacía pasar por una sobrina de un oligarca ruso.

Quien fuera vicecanciller del Gobierno de Kurz también calificaba de "putas" a los periodistas y proponía a la falsa millonaria comprar el mayor diario del país para ayudar electoralmente al FPÖ.

El vídeo fue grabado en la isla española de Ibiza antes de las elecciones anticipadas de octubre de 2017, ganadas por Kurz y de las que salió la alianza entre populares y ultranacionalistas.

El llamado 'Ibizagate' provocó la dimisión de Strache, la salida de todos los ministros del FPÖ del Gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones, seguramente en septiembre.

Aunque la oposición en pleno acusa a Kurz de haber tolerado los excesos del FPÖ, solo el partido Jetzt anunció desde el primer momento que votará contra Kurz en la moción de hoy.

La cúpula del partido socialdemócrata SPÖ, el principal de la oposición, decidió el domingo por la noche votar contra Kurz y todo su gabinete en la moción de hoy.

El liberal Neos ha apelado a la necesidad de estabilidad para respaldar a Kurz.

Incierta es todavía la postura del FPÖ, aunque varios líderes del partido han acusado a Kurz de haber provocado la caída de la coalición por su ambición de hacerse con todo el poder.

Para que la moción triunfe es necesaria una mayoría simple de los 183 miembros de la Cámara Baja.

Bastaría con que los ultras se abstengan para que Kurz sobreviva a la moción y evite ser el primer jefe de un Gobierno austríaco que pierde la confianza del Parlamento desde 1945.

El joven canciller afronta la moción con la baza de su aún enorme popularidad, como ha quedado reflejado en la victoria de su partido en las elecciones europeas del domingo.

El ÖVP ha obtenido un 35,4 % de los votos, doce puntos más que el SPÖ y el doble que sus hasta ahora socios ultranacionalistas.

Kurz llegó a la jefatura de su partido hace dos años, provocó la ruptura de la coalición que los populares mantenía entonces con el SPÖ y ganó las elecciones anticipadas con un discurso antiinmigración, para formar luego una coalición con los ultranacionalistas.

Con sólo 32 años, diez de ellos en la política, y sin formación universitaria o experiencia en el sector privado, Kurz ha logrado colocar al ÖVP como partido con más apoyos, tras una década de segundones en coaliciones con los socialdemócratas. 

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