Una oportunidad para Venezuela

El proceso democrático que pretende encauzar Juan Guaidó en Venezuela necesita el respaldo internacional.

Concentración de venezolanos en la Puerta del Sol de Madrid en apoyo de Guaidó.
Concentración de venezolanos en la Puerta del Sol de Madrid en apoyo de Guaidó.
Juan Martín / Efe

La asunción de una presidencia interina por parte de Juan Guaidó abre una oportunidad para devolver a Venezuela a la senda democrática. Pero para ello será necesario que Guaidó pueda hacerse efectivamente con las palancas del Estado, lo que puede resultar muy difícil si el Ejército se mantiene fiel a Maduro. Los demócratas venezolanos necesitan en este momento un sólido apoyo internacional, en el que no deberían fallar ni España ni la Unión Europea.

No solo Donald Trump, sino muchos otros gobiernos, sobre todo en América, incluyendo los impecablemente democráticos de Canadá, Chile o Costa Rica, reconocieron ayer explícitamente a Guaidó como presidente interino de Venezuela, frente a la tiranía insana y caótica en que ha degenerado el régimen de Maduro. También la Unión Europea, aunque evitó la fórmula del reconocimiento, consensuó con rapidez una declaración pidiendo elecciones libres y respaldando a la Asamblea Nacional venezolana. Como presidente de esa Asamblea, elegida en 2015 y que Maduro ha tratado por todos los medios de anular por contar con mayoría de la oposición, Guaidó es depositario de un claro mandato democrático que puede apoyarse en previsiones constitucionales para asumir, en una situación tan grave como la actual, el mando del país y convocar elecciones pluralistas y libres, algo que resulta impensable bajo el control del madurismo. Dados los vínculos de España con Venezuela y el papel que nuestro país aspira a representar en Iberoamérica, el Gobierno español no debería quedarse en la tímida simpatía hacia Guaidó expresada ayer por Pedro Sánchez. El «coraje» de quien ha asumido el liderazgo para encauzar un proceso democrático en Venezuela merece recibir desde España un reconocimiento más claro y un apoyo más contundente. La presión internacional puede ahora ser la clave que permita poner fin a la pesadilla del chavismo y restablecer la democracia en Venezuela.