Seis personas sobreviven a la caída de un ascensor desde la planta 95 en Chicago

El elevador se detuvo en el undécimo piso y los seis ocupantes, entre ellos una mujer embarazada, resultaron ilesos.

Momento en el que el equipo de rescate logró abrir las puertas del ascensor.
Momento en el que el equipo de rescate logró abrir las puertas del ascensor.
Reuters

Seis personas sobrevivieron el pasado viernes a la caída de un ascensor en el edificio que solía conocerse con el nombre de Centro John Hancock en Chicago, el cuarto más alto de la ciudad estadounidense. El aparato cayó un total de 84 plantas, desde el piso 95 hasta el 11, y los ocupantes pudieron ser rescatados, ilesos, tres horas más tarde.

"Al principio creíamos que íbamos a morir", declaró al medio local 'Chicago CBS' el mexicano Jaime Montemayor, uno de los afectados que en esos momentos se encontraba de viaje con su pareja. Estos compartieron además sus horas de encierro con dos estudiantes, una mujer embarazada y su marido. Todos ellos habían subido hasta el piso 95 para contemplar las vistas que se observan desde el restaurante 'Signature Room'.

En cuanto subieron al ascensor, comenzaron a percatarse de que algo no funcionaba bien. "Estábamos bajando y sentí que nos caíamos y luego escuché un ruido de clack clack clack", aseguró Jaime. También su esposa, Mana Castillo, contó a los medios su versión de lo ocurrido: "Nos caímos, pasó rapidísimo. Lo único que hice fue abrazar a mi esposo. Fue horrible".

El ascensor comenzó a llenarse de suciedad y polvo y, de forma brusca, quedó detenido en la planta número 11. Esto hizo posible que sus ocupantes no resultaran heridos y pudiesen avisar a los servicios de emergencia a través de mensajes de texto. Los bomberos tardaron casi tres horas en liberar al grupo, ya que, según explicó el jefe del Departamento de Bomberos de Chicago, Patrick Maloney, a los medios estadounidenses, habían quedado atrapados en lo que se conoce como un "pozo ciego" y no había ninguna puerta por la que pudieran acceder.

El equipo de rescate se vio obligado a llegar hasta el ascensor haciendo un boquete en la pared, motivo por el cual sus trabajos se alargaron hasta alrededor de las tres de la mañana. Fue entonces cuando por fin estas seis personas abandonaron el pequeño cubículo sanos y salvos, entre aplausos, y tras un gran susto.

Las causas del accidente todavía se están investigando, ya que el aparato había superado adecuadamente su última inspección que tuvo lugar en julio de este año.

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