La ultraderecha y el aviso de Hannah Arendt

El auge del nacionalismo populista de extrema derecha resulta inquietante.

Propaganda electoral del candidato ultranacionalista Jair Bolsonaro en Brasil.
Propaganda electoral del candidato ultranacionalista Jair Bolsonaro en Brasil.
Antonio Lacerda / Efe

Se ha puesto de moda el comparar nuestra época con la de los años treinta del siglo pasado. Muchos de quienes lo hacen pretenden demostrar que el triunfo del fascismo está otra vez a la vuelta de la esquina porque nuestras circunstancias y las de la época de entreguerras serían prácticamente las mismas. ‘Stricto sensu’, la rigurosidad histórica no avala esa tesis. El fascismo fue un fenómeno vinculado al impacto de la Primera Guerra Mundial y la revolución comunista. Hoy, las coordenadas sociales y geopolíticas son distintas: crisis ecológica, inmigración, auge del fundamentalismo y revolución tecnológica.

En realidad, la historia nunca se repite, ni siquiera según la fórmula marxista (primero como tragedia, luego como farsa). No obstante, entonces como ahora, el pacto social se ha roto y las clases medias se agarran a un clavo ardiendo. Por eso debe verse con enorme preocupación el auge del nacionalismo populista de extrema derecha en muchos países desarrollados (el último ejemplo, de anteayer, es Brasil).

Hannah Arendt, a raíz del juicio al nazi Adolf Eichmann, ya advirtió de la banalidad del mal. Su libro generó un gran revuelo porque se atrevió a decir que la causa del mal está en la falta de reflexión y puede ser también la tentación de muchas personas normales.