Trump desestabiliza

La retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, anunciada el martes por el presidente Donald Trump, es un acontecimiento grave. Alemania, Francia, España y los demás socios europeos deben trabajar juntos para que Teherán respete los compromisos firmados en 2015.

Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Agencias

El imprevisible inquilino de la Casa Blanca recurre a la zanahoria en Asia y al palo en Oriente Próximo. Mientras da pasos para mejorar las relaciones con Corea del Norte, algo impensable hace apenas unos meses, con Irán rompe la baraja y reintroduce las sanciones. La decisión tiene alcance global: sume en la incertidumbre a la comunidad internacional, abre una brecha de desconfianza entre Washington y el resto de los firmantes del pacto (China, Rusia, Francia, Alemania y el Reino Unido), alienta a los sectores más reaccionarios de Teherán y eleva el precio del crudo. Ayer mismo, el barril de petróleo Brent se situó en máximos desde 2014. A cambio, solo satisface a Arabia Saudí y a Israel, que denunció días atrás que Irán no había dejado de enriquecer uranio. Trump ha decidido ningunear a sus socios europeos en aras de la coalición anti-iraní liderada por Riad. No obstante, la UE debe actuar con decisión en defensa de un acuerdo que detuvo una peligrosa carrera nuclear en una de las zonas más inestables del planeta.

Sea como fuere, la actitud de Trump no puede sorprender a nadie dada su caótica trayectoria. Ha entrado en Oriente Próximo como un elefante en una cacharrería porque ese es su estilo. Lo que es muy dudoso, a pesar de su lema ‘America first’ (‘América primero’), es que la ruptura con Irán sea beneficiosa para los intereses de Estados Unidos como potencia mundial.

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