Viajar en un crucero por mares y océanos descubriendo paisajes maravillosos y lugares recónditos es uno de los sueños de muchas personas. Pero para los 2.000 pasajeros que viajaban la pasada semana a bordo de un barco de la compañía Carnival desde Melbourne hasta la isla de Nueva Caledonia, el viaje de placer se convirtió en una verdadera pesadilla.

Se trataba de un crucero de 10 días por el Pacífico Sur, pero al cabo de unos días acabó convirtiéndose en una batalla campal durante varias jornadas, un continuo enfrentamiento a puñetazos, patadas y destrozos en el barco. Hasta tal punto llegó la violencia que muchos pasajeros decidieron encerrarse en sus camarotes a la espera de que amainara este temporal provocado no por la naturaleza, sino un grupo de personas especialmente violentas. Según informa  el diario 'The Washington Post', la policía está investigando lo ocurrido.

Un pasajero explicó a la emisora de radio 3AW que todo empezó por una sandalia, "alguien pisando a alguien ni siquiera en el pie, en la sandalia”. Aunque el autor del pisotón pidió disculpas de inmediato, el propietario de la sandalia no solo no se disculpó, sino que quiso vengarse de lo que consideró una afrenta. Y así comenzó una brutal pelea entre dos grupos.

Según la empresa, el detonante fueron los miembros de una "familia grande" que desde un primer momento iban buscando el enfrentamiento. En la misma línea, una pasajera ha contado a la citada emisora que buscaban problemas "desde el momento en el que embarcaron”. Así, cualquier excusa era buena para ello: “Incluso se metieron con un chico de 16 años porque pensaron que les estaba mirando”.

Tras varios días de navegación, el caos se desencadenó en la piscina. A raíz de este enfrentamiento, que duró 45 minutos, hubo numerosos momentos de tensión.

Una pasajera con tres hijos indica que el personal de seguridad le advirtió de que no pasearan a solas por la cubierta. Otra asegura que se encerró en su camarote con su hijo. “Nos quedamos varias veces, los niños estaban asustados”, indica. “El capitán nos dijo, ‘¿qué quieren que haga, que los tire por la borda?”, añade.

Al final, la tensión estalló en violencia el pasado viernes en el club nocturno del barco. Carnival asegura que este grupo de pasajeros “empezó a atacar físicamente al resto”. Las grabaciones de lo ocurrido muestran una violenta pelea con la participación de los guardas de seguridad, que incluso amenazaron a pasajeros con botellas rotas.

Un joven avisó a su padre en tierra firme: “Por favor, papá, llama a la policía”. “De fondo se oían un montón de gritos y llantos”, cuenta a la emisora 3AW.

La policía acudió al barco cuando se encontraba a unas 200 millas al este de Melbourne. Sacó del buque a 23 personas, aparentemente de la misma familia. Hasta ahora nadie ha recibido cargos criminales. El sábado, el buque volvió al puerto australiano, 10 días después del inicio del crucero. Carnival ofreció a los pasajeros un cupón de descuento del 25% para el próximo viaje. Lo que no está claro es que haya ni uno solo de los pasajeros que les haya quedado ganas de repetir la experiencia...