En Afganistán se han producido en 24 horas dos sangrientos atentados, uno de ellos en Kabul en el que han fallecido al menos 40 personas, más de 30 heridos y que ha sido reivindicado por Estado Islámico, y otro ataque terrorista con coche bomba en el sur del país en el que ha muerto un civil y 14 soldados han resultado heridos.

En una jornada especialmente sangrienta en el país árabe, además seis menores han fallecido en el norte por la explosión de un artefacto improvisado (IED, por sus siglas en inglés) colocado en una cuneta y con el que los menores estaban jugando. Ningún grupo ha reivindicado la colocación de este explosivo, aunque los grupos insurgentes que operan en Afganistán suelen colocarlos en las carreteras para atentar contra las fuerzas militares extranjeras y las fuerzas de seguridad del Gobierno afgano.

En cuanto al atentado perpetrado en Kabul, el Estado Islámico lo ha asumido poco después de que los talibán negaran cualquier participación en el mismo. Los ataques suicidas han tenido como objetivo el Centro Cultural Tebyan, un centro musulmán chií en cuyo edificio tiene su sede la agencia de noticias Voz de Afganistán y que alberga además una madrasa o escuela coránica y una mezquita. Entre las víctimas hay numerosos niños, según un portavoz del Ministerio de Interior Afgano.

Un insurgente detonó los explosivos en la primera planta del centro cultural donde se estaba desarrollando un evento en el que estaban participando decenas de personas y en el que se impartía un seminario que debatía la ocupación soviética en el país desde diciembre de 1979 hasta febrero de 1989. Según los testigos, después de este primer ataque suicida se produjeron más explosiones, cuando los transeúntes ayudaban a los afectados del primero de los los ataques.El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha condenado la masacre y ha ordenado la apertura de una investigación.

"Los grupos terroristas y los que los apoyan deben saber que el pueblo afgano está unido y permanece firme frente a cualquier ataque llevado a cabo por nuestros enemigos. Este cruel ataque no romperá la determinación del pueblo afgano", ha asegurado el mandatario, en un comunicado publicado por la Presidencia. Tras recalcar que el Gobierno afgano está "firmemente comprometido" para "desmantelar y acabar con el terrorismo", el presidente ha subrayado que las fuerzas de seguridad afganas están en primera línea para "salvaguardar el país".

Por su parte, la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) también ha condenado el atentado contra el centro cultural Tebyan y ha dicho que ha enviado a varios trabajadores para investigar lo sucedido sobre el terreno.

Mujib Khilwatgar, presidente del grupo de defensa de la libertad de prensa Nai, ha asegurado que el objetivo del ataque ha sido la agencia de noticias local Voz de Afganistán. Un periodista de la cadena de televisión Tolo que ha acudido al lugar del ataque ha señalado que la mayoría de las víctimas son activistas culturales que habían acudido al centro cultural Tebyan para una reunión. Según las informaciones recogidas por Pajwhok, entre las víctimas mortales figuran tres periodistas. La agencia ha señalado que tras la explosión se ha registrado un tiroteo en la zona, que ha sido acordonada por las fuerzas de seguridad.

Apenas unas horas antes del doble atentado en Kabul, el sur del país vivía otro ataque, esta vez reivindicado por los talibán. Al menos catorce militares afganos y un civil han resultado heridos el miércoles en un atentado suicida con coche bomba en la localidad de Lashkargah, capital de la provincia de Helmand (sur). El portavoz del gobierno provincial, Omar Zuak, ha confirmado lo ocurrido, agregando que tres 'Humvee' han resultado dañados por la explosión, según ha informado la agencia afgana de noticias Pajhwok.

El portavoz de los talibán Qari Yusuf Ahmadi ha reclamado la autoría del ataque, asegurando que varios miembros de las fuerzas de seguridad han muerto, lo que ha sido desmentido por las autoridades.Laskargah y otras partes de la provincia de Helmand han sido escenario de varios atentados en los últimos días. El lunes, al menos seis miembros de las fuerzas de seguridad murieron a causa de la explosión de una bomba en la localidad de Marjah. Los talibán reclamaron además la autoría del atentado con coche bomba perpetrado el 18 de diciembre en Lashkargah, que se saldó con dos muertos y 31 heridos. El atentado fue perpetrado dos días después de la muerte de al menos once policías en una serie de asaltos de los talibán contra puestos de control en Lashkargah. Por su parte, el gobierno afgano ha anunciado la muerte de cerca de 50 presuntos miembros del grupo yihadista Estado Islámico en una serie de bombardeos en la provincia de Nangarhar, situada en el este del país. En su comunicado, el Ministerio de Defensa afgano ha detallado que los ataques aéreos han sido llevados a cabo en la localidad de Achin, uno de los bastiones del grupo en el país, tal y como ha recogido la agencia afgana de noticias Jaama Press.

El anuncio ha sido realizado un día después de la muerte de 15 supuestos yihadistas en un bombardeo llevado a cabo por un 'drone' estadounidense en Achin. Las autoridades locales aseguraron el domingo haber matado a once yihadistas en una operación en Jogyani --en esta misma provincia--, apenas dos días después de la muerte de un alto cargo del grupo yihadista en un bombardeo llevado a cabo por un 'drone' en la localidad de Nazian. El Gobierno del país centroasiático aseguró la semana pasada haber matado al menos a 1.600 miembros de Estado Islámico en las operaciones llevadas a cabo en los primeros nueve meses de 2017.El grupo yihadista cuenta con una importante presencia en Nangarhar, donde el Ejército y las fuerzas estadounidenses han aumentado sus operaciones para intentar evitar su expansión en la zona. Las autoridades del país han informado de la muerte de decenas de presuntos yihadistas en numerosos bombardeos llevados a cabo por Estados Unidos durante las últimas semanas.