La Casa Blanca se blinda ante las revelaciones del FBI

El presidente Trump pasa a la ofensiva tras la intervención del jefe de la agencia en el Congreso, que ha enfurecido al equipo de campaña de Hillary Clinton.

La intervención del director del FBI, James Comey, ante el comité del Congreso que investiga las conexiones con Rusia dejó un mal sabor de boca en Washington y la sensación a ambos lados del espectro político de que se han abierto muchas más preguntas. La investigación sobre la conexión rusa no solo ha puesto a la Casa Blanca a la defensiva sino que compromete seriamente la credibilidad del presidente entre el 'establisment' republicano del Congreso.

Todos los análisis políticos coinciden en que una Presidencia con una investigación en marcha sin fecha de terminación, y casi al principio de su mandato, no solo pone en riesgo la agenda política del presidente, sino que cuestionará gravemente su viabilidad y su capacidad de gestión en la medida en que cualquier gesto en la Casa Blanca podría ser interpretado, como mínimo, como obstrucción a la Justicia por las autoridades federales.

A pesar de esta supuesta debilidad el presidente Trump, desafiante, no dudó ayer en pasar a la ofensiva contra los republicanos del Congreso a los que amenazó con que si no votan a favor de la nueva legislación sanitaria para sustituir el Obamacare, irá tras ellos y estarán en riesgo sus escaños.

Por su parte, el equipo de la campaña de Hillary Clinton también se mostró más que molesto con las declaraciones de Comey, particularmente cuando anunció tener permiso del Departamento de Justicia para revelar públicamente la investigación en marcha sobre Rusia. Para la campaña de Clinton, el mismo Comey que comprometió su neutralidad en noviembre del año pasado, 11 días antes de las elecciones presidenciales, con unas declaraciones dañinas contra Hillary, no necesitó entonces el permiso del Departamento de Justicia para hablar públicamente sobre la investigación de los emails de Clinton .

Partidismo

Aún peor, por qué si el FBI llevaba ya entonces una investigación sobre la conexión entre Rusia y la campaña de Trump, James Comey no pensó que era importante hacérselo saber a los votantes norteamericanos antes de las elecciones. En sus declaraciones del lunes ante el comité del Congreso, Comey reconoció que Rusia prefería a Trump como candidato y que claramente a Putin no le gustaba Clinton. Pero el director del FBI esperó hasta que Trump ya fuera presidente para confirmar que su agencia sabía que el espionaje de Rusia visiblemente favorecía a Trump y dañaba a Clinton.

La furia demócrata incluye también a los miembros republicanos del comité de Inteligencia, a quienes acusa de poner los intereses de partido por encima del interés nacional. De hecho, los miembros del comité de ambos partidos conocían en privado detalles de la investigación del FBI sobre el espionaje ruso en las elecciones y sin embargo no se inició una investigación al respecto, algo que habría perjudicado la credibilidad de la candidatura de Trump.

Las filas demócratas culpan de la misma deslealtad nacional a los miembros del comité republicano que año y medio atrás interrogó agresivamente a Clinton en una calculada investigación sobre el atentado de Bengasi en el que murió el embajador Chris Stevens, y que ahora se afana en una investigación sobre las acusaciones del presidente Trump acerca del supuesto espionaje del que fue objeto por orden de Obama.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión