China y EE.UU. dicen que harán "todo lo posible" para evitar un conflicto en Corea

La situación ha alcanzado un nivel "bastante peligroso", a juicio del secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.
Reuters

Estados Unidos y China se comprometieron a hacer "todo lo posible" para evitar que estalle un conflicto militar en la península coreana, en un momento en el que la situación ha alcanzado un nivel "bastante peligroso", a juicio del secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.

Tras pasar por Japón y Corea del Sur en su primer viaje al extranjero como secretario de Estado, Tillerson mantuvo en Pekín reuniones con el ministro de Exteriores Wang Yi y el consejero de Estado Yang Jiechi, arquitecto de la política exterior china, a los que recalcó la "urgencia" de colaborar para frenar el programa nuclear de Pyongyang.

"Creo que compartimos la opinión de que las tensiones en la península son ahora bastante altas y de que las cosas han alcanzado un nivel bastante peligroso", dijo Tillerson en rueda de prensa tras su encuentro con Wang, en el que también trataron las diferencias comerciales entre ambas potencias o la esperada reunión entre los presidentes chino, Xi Jinping, y estadounidense, Donald Trump.

Antes de llegar a China, el jefe de la diplomacia estadounidense advirtió de que la estrategia basada en la paciencia diplomática de la era de Barack Obama "se había terminado" y aseguró que la nueva Administración de Washington estudia todas "las opciones" para hacer frente a Corea del Norte, incluida la vía militar.

También consideró que Pekín debería involucrarse más para conseguir que Pyongyang retroceda, un mensaje que el propio Trump repitió pocas horas antes de que Tillerson aterrizara en China, con un "tuit" en el que recriminó a este país por lo que considera escasa ayuda en el conflicto coreano.

Sin hacer mención al desplante de su presidente, Tillerson aseguró en China que ambas potencias consideran que "hay una serie de pasos" que pueden dar para frenar los avances de los programas de armas de destrucción masiva del régimen norcoreano, pero siguió sin precisar cuáles.

Tampoco aclaró las líneas rojas que se marca el gabinete Trump para elevar sus acciones y se limitó a señalar que trabajarán con Pekín para ver si ambos pueden forzar a Pyongyang a abandonar su desarrollo de armas nucleares.

En ese sentido, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, pidió a EE.UU. que actúe con "cabeza fría" y apostó por implementar "estrictamente" las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que, recordó, no sólo implican sanciones contra Corea del Norte, sino también la vuelta a la mesa de negociaciones.

Wang, quien consideró a Tillerson un "buen comunicador" y una persona que "sabe escuchar", dejó entrever las inevitables diferencias entre Washington y Pekín en este y otros ámbitos, pero aseguró que los dos habían llegado a consensos generales.

"Ambos estamos formalmente comprometidos con la desnuclearización de la península coreana (...) Ambos esperamos encontrar la manera de volver a las negociaciones y ninguno está preparado para abandonar la esperanza de (conseguir) la paz", enfatizó el responsable chino.

Y frente a la sugerencia que ayer hizo Tillerson de usar la fuerza en caso de un empeoramiento de la situación, Wang insistió en que han de "seguir comprometidos con la vía diplomática".

Sin referirse explícitamente a las críticas vertidas por Trump contra China, el ministro resaltó los "tremendos esfuerzos" de su país para aliviar las tensiones en el conflicto y consideró que la disputa compete estrictamente a Corea del Norte y Estados Unidos.

En ese mismo tono, Wang reiteró a Tillerson la firme oposición de China al despliegue del sistema estadounidense antimisiles THAAD en territorio surcoreano, que considera una amenaza a su seguridad.

La instalación de este escudo, que Washington y Seúl creen necesario para defenderse del Norte, ha sido uno de los últimos puntos de fricción entre China y EE.UU., además de las disputas comerciales o en relación al mar de China Meridional o Taiwán.

Estos asuntos también salieron a relucir en las reuniones que Tillerson mantuvo en Pekín, donde el secretario de Estado reclamó un "comercio justo" entre ambas potencias, y se espera que la situación se repita mañana, en su encuentro con el presidente Xi Jinping, con el que cerrará su gira asiática.

No obstante, varios analistas locales aseguraron a Efe que la visita será un éxito si Tillerson consigue ultimar los detalles para el primer "cara a cara" entre Xi y Trump, que se espera que se produzca en abril en la "Casa Blanca del Sur", la residencia que posee el gobernante estadounidense en Mar-a-Lago (Florida).

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