Donald Trump lo tiene cada vez más difícil para sorprendernos. Tras sus jugosas declaraciones durante la campaña electoral en la carrera por la Casa Blanca, el presidente electo de los Estados Unidos ha agudizado su particular ingenio.

En su primera rueda de prensa concedida en los últimos seis meses y a nueve días de convertirse oficialmente en el presidente de los Estados Unidos, Trump no ha dudado en lanzar desde la torre que lleva su nombre en Nueva York varias perlas. Eso sí, no lo ha tenido muy difícil, ya que todo lo que sale por su boca se convierte inmediatamente en titular de todos los medios internacionales.

"Podría dirigir mis empresas y el país a la vez, pero no quiero", ha asegurado con falsa modestia el presidente electo, que ha cedido la palabra a una de sus abogadas para que explicase que serán sus dos hijos, Don Júnior y Eric, los que tomarán las riendas de la organización cuando Trump tome posesión de su cargo. 

Sobre la reforma sanitaria de su predecesor, ha afirmado que "el 'Obamacare' es un desastre" y que tiene pensado derogarlo en cuanto pise la Casa Blanca. 

"No sé si me voy a llevar bien con Vladímir Putin. Espero que sí, pero hay una buena posibilidad de que no", ha admitido Trump, aunque ha matizado que "Rusia tendrá mucho más respeto por nuestro país cuando yo sea el líder", en relación a los 'hackeos' que han sufrido las instituciones estadounidenses.

No ha dudado en alimentar la polémica sobre el muro que pretende construir en la frontera con México. “Vamos a construir un muro. México nos va a reembolsar de alguna manera el coste del muro, ya sea con un impuesto o un pago. Eso ocurrirá”, ha afirmado Trump. 

“Voy a ser el mayor creador de empleo que Dios haya visto nunca”, ha manifestado el presidente electo en relación a su política proteccionista y a las amenazas lanzadas a las grandes multinacionales que pretendan sacar de territorio estadounidense su producción.