Un ataque a una discoteca de Estambul deja 39 muertos

El atentado ha sido perpetrado por una sola persona que permanece huida, según señalan las autoridades turcas.

Una ambulancia se dirige al lugar de los hechos para tratar de socorrer a las víctimas
Una ambulancia se dirige al lugar de los hechos para tratar de socorrer a las víctimas
AFP

El número de muertos en el atentado terrorista en una discoteca de Estambul en la que se celebraba una fiesta de Año Nuevo asciende ya a 39, entre ellos 16 extranjeros, y otras 69 personas han resultado heridas, informó el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu.


El ataque fue perpetrado a la 01.30 hora local (22.30 GMT) en el club Reina, situado a las orillas del Bósforo, por un desconocido con un arma automática que está huido y la operación policial para su búsqueda y captura está en curso, añadió el ministro.


"Nuestra policía ha puesto en marcha una operación y esperamos que sea capturado pronto", dijo Soylu, citado por la agencia semipública Anadolu.

Informó además de que 21 víctimas han sido identificadas, de las que "16 son extranjeros, mientras que los otros cinco son ciudadanos turcos".


Entre los 69 heridos que están recibiendo tratamiento en diversos hospitales, cuatro "están en estado crítico y uno de ellos está gravemente herido", dijo.


Anteriormente, el gobernador de Estambul, Vasip Sahin, había informado de que "un terrorista con armas pesadas cometió este acto salvaje abriendo fuego contra personas inocentes que estaban celebrando el Año Nuevo".

Sahin explicó que el atacante mató primero a un policía y a un civil en la puerta de la discoteca, antes de entrar en el interior de la misma y abrir fuego contra la multitud que estaba celebrando el Año Nuevo.


"Un terrorista que llevaba un arma de largo alcance mató al oficial de policía que estaba vigilando afuera, y luego a otro ciudadano para entrar", indicó.

Según la televisión CNNTürk, entre 50 y 60 ambulancias acudieron al lugar de los hechos.


"El atacante es una única persona", ha precisado el ministro en declaraciones a la prensa frente al hospital al que han sido trasladados los heridos. Según ha indicado, el sospechoso "viste un abrigo y pantalones", precisando que "hay información de Inteligencia de que intentó escapar usando ropa distinta", lo que coincidiría con las informaciones de que el sospechoso iba disfrazado de Papá Noel.


"La evaluación de la información por parte de la Policía aún está en curso, así como el trabajo para detener al sospechoso", ha añadido, citado por el diario 'Hurriyet'. Soylu, que ha visitado el lugar de los hechos, no ha dudado en hablar de "masacre".


Las autoridades turcas impusieron tras el ataque un silencio informativo, una medida habitual después de grandes atentados.


El club Reina es un conocido lugar de ocio de la alta sociedad de Estambul y frecuentado por celebridades, futbolistas y empresarios.


Un camarero del local indicó al diario Hürriyet que en el local había unas 500 o 600 personas festejando la llegada del 2017, y que intentaron huir, presas del pánico.


Según el diario Hürriyet, numerosos clientes del club se lanzaron al mar, y la guardia costera realizó una operación de rescate para salvarlos.


Hasta el momento, el atentado no ha sido reivindicado.


"El viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, ha señalado que hay aparentes pruebas del atentado pero todavía es muy pronto para apuntan a un grupo terrorista en concreto como autor. Turquía ha registrado en el último año varios atentados suicidas reividicados tanto por Estado Islámico como por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y por el Partido Revolucionario del Pueblo/Frente (DHKP-C), considerados también los dos últimos organizaciones terroristas.


De acuerdo con la información publicada por el diario 'Sabah', el agente muerto es Fatih Cakmak, quien también estaba de servicio el pasado 10 de diciembre cuando se produjeron los atentados junto al estadio de fútbol del Besiktas en los que murieron 45 personas, en su mayoría policías. En aquella ocasión, el agente resultó ileso.


El dueño del club, Mehmet Koçarslan, aseguró al diario Hürriyet que los servicios secretos estadounidenses ya habían avisado de posibles ataques una semana antes y que se habían tomado medidas adicionales de seguridad a orillas del Bósforo.


La Policía ha desplegado a unos 25.000 agentes esta noche en Estambul para prevenir atentados, después de que el país se viera golpeado por una oleada de ataques en los últimos meses.


Alrededor de 300 personas murieron en 2016 en distintos atentados cometidos en Turquía por el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI) o por la organización armada Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK), una escisión del PKK, la guerrilla kurda.


La policía turca ha atribuido al EI varios atentados en Estambul contra intereses turístico, como fue el ataque al Aeropuerto internacional Atatürk, que causó 45 muertos el pasado junio.



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