El Parlamento libanés eligió como décimo tercer presidente de la República y tras más de dos años de vacío de poder al exgeneral Michel Aoun, quien instó a la unidad nacional y a mantener al país alejado de los conflictos regionales.

Contrariamente a lo pronosticado, Aoun fue elegido en la segunda votación y no en la primera, con el apoyo de 83 diputados de los 127 que acudieron a una caótica sesión de investidura, la número 46 celebrada con ese objetivo.

Un total de 36 diputados votaron en blanco y ocho votos fueron anulados.

La candidatura de Aoun contó con el apoyo del grupo chií Hizbulá; la Corriente Futuro, del ex primer ministro Saad Hariri; las Fuerzas Libanesas, dirigidas por Samir Geagea, y el Partido Socialista Progresista, del líder druso Walid Yumblat.

Como rival tenía a Suleiman Franyie -apoyado en un principio por Hariri-, quien pidió a sus partidarios votar en blanco, lo que también hizo el partido Kataeb (falangista, liderado por Sami Gemayel), pero por otros motivos, ya que se oponía a ambos candidatos por ser miembros de la coalición prosiria Fuerzas del 8 de Marzo, liderada por Hizbulá.

En su discurso tras ser investido, Aoun prometió reforzar el Ejército, resolver la crisis de los refugiados sirios, llevar a cabo reformas en las instituciones estatales y elaborar una ley electoral "justa".

Aoun afirmó, asimismo, que el "Líbano atraviesa un campo de minas en medio de las llamas de la región por lo que hay que mantenerlo alejado de los conflictos regionales, adoptando una política independiente".

"Reforzar el Ejército será mi prioridad para que la institución pueda poner término a las amenazas contra nuestro territorio", subrayó, instando a los libaneses a la "unidad nacional y al respeto del otro y de sus creencias para impedir la discordia".

Su elección es el fruto de un laborioso compromiso entre los grupos políticos libaneses, cuyas desavenencias impidieron durante casi dos años y medio encontrar un sustituto al anterior presidente, Michel Suleiman, cuyo mandato expiró en mayo de 2014.

El desbloqueo de la situación llegó de la mano de Hariri, líder de la coalición antisiria del 14 de Marzo, el cual anunció su apoyo a Aoun hace once días, tras obtener el visto bueno de Arabia Saudí.

El campo político opuesto, liderado por Hizbulá y la coalición del 8 de Marzo, bajo la esfera de influencia de Irán, había boicoteado la elección presidencial en todas las sesiones parlamentarias previas, excepto la primera.

Según el reparto del poder en el Líbano fijado en la Constitución, el jefe del Estado debe ser cristiano maronita, mientras que el primer ministro debe ser musulmán suní y el del Parlamento, un musulmán chií.

Aoun es el líder del grupo parlamentario cristiano más grande de la Asamblea y uno de los dirigentes más representativos de su comunidad.

Nacido en febrero de 1935 en el seno de una familia humilde en Beirut, ascendió en el escalafón militar hasta llegar a ser general y, finalmente, jefe del Ejército libanés.

Tras la investidura de Aoun, el primer ministro, Tamam Salam presentó la dimisión de su gabinete, que continuará en funciones hasta la formación de un nuevo Ejecutivo, como estipula la Constitución.

Un entusiasmo desbordante prevalece entre los partidarios de Aoun que desde las primeras horas del día acudieron a los lugares de concentración para celebrar la victoria de su "héroe".

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió la rápida formación de un gobierno porque "el pueblo del Líbano merece tener instituciones que funcionen".

Por su parte, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, declaró en un comunicado que la elección de Aoun es "crucial para el futuro del país" debido al reto del conflicto sirio, y abre el camino a que "las partes políticas se comprometan en un dialogo constructivo".