El Gobierno italiano prometió este viernes que las localidades destruidas en el centro del país por el terremoto del 24 de agosto, que causó al menos 281 muertos según el último recuento oficial, serán reconstruidas "como eran".

"La reconstrucción de las localidades afectadas, de los centros habitados, deberá ser como eran, desde luego más seguras, pero manteniendo intactas la tradición y las raíces", declaró el subsecretario de la presidencia del Consejo de Ministros, Claudio De Vincenti.

El alto funcionario del Gobierno hizo esta declaración al final de una reunión en la sede del Ejecutivo con el primer ministro, Matteo Renzi; el jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, y gobernadores de las regiones afectadas.

La declaración oficial se conoció después de que Sergio Pirozzi, el alcalde de Amatrice, la localidad más golpeada por el seísmo y donde murieron al menos 218 personas, pidiera que el pueblo se reconstruya donde siempre ha estado.

Responsables de localidades afectadas han pedido que se evite repetir el modo de realojamiento de habitantes que se practicó en la vecina L'Aquila, que hace siete años sufrió un terremoto similar, cuyo centro histórico sigue sin reconstruir y muchos de cuyos habitantes siguen alojados en viviendas temporales.

De Vincenti agregó tras la reunión que la "primera señal" de que la situación vuelve progresivamente a la normalidad será que "las escuelas puedan reanudar su actividad lo más pronto posible".

Precisamente la destrucción de una escuela pública de Amatrice que había sido reestructurada para soportar terremotos ha sido mencionada estos días como ejemplo de consecuencias de las malas prácticas en relación con la prevención de los daños provocados en zonas sísmicas, que en Italia cubren buena parte del territorio.

El terremoto del 24 de agosto, de 6 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, afectó a varias localidades de las regiones de Umbria, Lacio y Las Marcas y, según el último recuento oficial provisional de daños, causó 278 muertos y 388 heridos.