Dos años tras la guerra, con poca reconstrucción y miedo a un nuevo conflicto

1,3 millones de gazatíes dependen de asistencia humanitaria, el 73% sufre inseguridad alimentaria y más de 65.000 siguen desplazados.

Dos años tras la guerra, con poca reconstrucción y miedo a un nuevo conflicto
Dos años tras la guerra, con poca reconstrucción y miedo a un nuevo conflicto
Efe

Cuando se cumplen este viernes dos años del fin del último enfrentamiento bélico entre Israel y las milicias de la franja de Gaza, las dos partes creen que esta tregua no es permanente y se preparan para nuevos enfrentamientos, mientras la población de Gaza sigue sumida en la pobreza.


"No podemos desvelar en qué hemos avanzado estos dos años, pero seguimos trabajando en la resistencia", dijo a Efe en su residencia de Gaza Mahmud Al Zahar, hombre fuerte de Hamás, uno de sus cofundadores y representante del ala más dura.

Su movimiento, asegura, "nunca se ha mostrado a favor de una tregua a largo plazo" y continuará apostando por la lucha armada para "liberar a Palestina" de la ocupación israelí.


Parte de esa preparación ha sido la excavación de decenas de kilómetros de túneles hacia territorio israelí, para perpetrar ataques, que no ha cesado en este periodo. A pesar de la retórica y de la reconstrucción de capacidades, Hamás ha mantenido a raya a sus milicianos y los de otros grupos armados y la tregua se ha respetado en gran medida desde 2014, con ocasionales violaciones que el Ejército israelí responde con bombardeos de instalaciones militares en Gaza.


La última y más grave fue el pasado domingo, cuando milicianos salafistas lanzaron un cohete que impactó en el área residencial de Sderot sin causar víctimas, una agresión que fue respondida por Israel con el bombardeo de decenas de objetivos militares de Hamás, la Yihad Islámica y el Frente Popular.


Desde comienzos de año, las milicias han lanzado 14 cohetes contra territorio israelí, según datos del Ejército. En Israel también se considera que la actual calma puede ser temporal. "Las Fuerzas de Defensa de Israel no están interesadas en una escalada de violencia en la frontera sur, pero tenemos que estar preparados para proteger a la población civil", dijo a Efe la portavoz militar Tamara Epelbaum.


"Hamás ha utilizado estos dos últimos años para reconstruir sus herramientas de terror y para mostrar que están interesados en atacar a la población civil", añadió.


Aunque el ataque del domingo no procedió de Hamás, Israel responsabiliza al movimiento islamista, que controla el territorio.

"Los últimos dos años han sido de los más tranquilos, pero eso no quiere decir que Hamás y otros elementos extremistas no sigan utilizando la franja de Gaza como plataforma para actos de violencia, agresión y terror", advierte Epelbaum.


En Ramala, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), lamenta que "no ha cambiado mucho" en este periodo y que "gran parte de Gaza aún se encuentra destruida y el bloqueo persiste", ante lo que se reclama "un régimen de protección internacional para el pueblo palestino que vive a merced de la ocupación israelí", señaló a Efe su portavoz Xavier Abu Eid.


"Las condiciones no han cambiado por lo que una nueva agresión es factible. De hecho, Israel continua llevando a cabo operaciones militares en Gaza regularmente desde cielo, mar y tierra, lo que demuestra el grado de control que tiene sobre Palestina en general y Gaza en particular", añadió.


Entre los 1,9 millones de habitantes de la franja cunde el pesimismo: a la probabilidad de una nueva guerra se añade la lentitud de la reconstrucción, el elevado desempleo y casi una década de bloqueo. 1,3 millones de gazatíes dependen de asistencia humanitaria, el 73 % sufre inseguridad alimentaria, el 45 % desempleo, más de 65.000 siguen desplazados y, de ellos, 4.500 viven en caravanas o construcciones de madera, según la ONG noruega NRC.


Al Zahar denuncia que desde 2006 la franja ha vivido "cuatro grandes guerras con los israelíes, que en todos los casos han destruido edificios civiles, viviendas, hospitales, colegios e infraestructuras".


"Ahora hay una gran ola de reconstrucción pero todavía hay muchas casas e instalaciones civiles sin terminar", afirma, y añade que Israel permite la entrada de algunos materiales "pero sigue considerando muchos de ellos de doble uso" y prohibiendo su entrada.


Además de la lenta reconstrucción, hay otras cuestiones pendientes, como la retención por parte de Hamás de los cuerpos de dos soldados caídos durante los combates, así como de dos civiles israelíes (uno etíope y el otro árabe) que entraron posteriormente en Gaza.


"De momento no hay negociaciones y no las habrá hasta que se libere a los que salieron con el pacto de Shalit y fueron rearrestados", asegura Zahar. Además, la OLP reclama que la Corte Penal Internacional juzgue posibles crímenes de guerra israelíes durante los 50 días de conflicto, en los que murieron cerca de 2.200 palestinos, dos tercios de ellos civiles, y 70 israelíes, la inmensa mayoría soldados.

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