Al menos 60 muertos durante el intento de golpe de Estado en Turquía

Se han producido combates entre rebeldes y leales al Gobierno en las calles de las principales ciudades. Erdogan y los servicios de inteligencia califican de fallida la revuelta.

Intento de golpe de estado en Turquía
Intento de golpe de estado en Turquía
Agencias

Al menos 60 personas han muerto en todo el país durante el intento de golpe de Estado en Turquía, según datos de la Fiscalía general citadas por el diario Hürriyet.


Poco antes, la Fiscalía del distrito de Gölbasi en Ankara había asegurado que ha habido 42 muertos en la capital.


Esta cifra se desglosa entre al menos 17 policías muertos en un ataque contra una academia de fuerzas de élite en ese mismo distrito, dos empleados de la difusora de contenidos de televisión Türksat, cuyo edificio fue atacado por militares golpistas, y víctimas en enfrentamientos entre policías y soldados.


En Estambul se han registrado al menos seis civiles fallecidos, agregan los medios.


La emisora NTV indicó, citando fuentes del Gobierno, que más de 700 personas personas han sido detenidas en todo el país en relación con el intento de golpe de Estado.


Ya antes, el primer ministro, Binali Yildirim, afirmó que los cabecillas de la asonada son unos 40 altos mandos, principalmente coroneles pero también un general, que habría muerto durante el golpe.


Además, sobre las 03.25 GMT, un avión supuestamente en manos de los golpistas lanzó dos bombas cerca del palacio presidencial en Ankara, causando al menos cinco muertos y una columna de humo visible desde lejos, según NTV.


El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, no se halla en el palacio sino en Estambul.


Una facción del Ejército turco se levantó este viernes a primera hora de la noche contra el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Trató de tomar los principales puntos neurálgicos de Turquía pero fracasó en su intento, o eso el lo que aseguraba de madrugada el presidente turco. El Servicio de Inteligencia daba por finalizado el golpe esta madrugada y los primeros soldados de la asonada eran detenidos.


Sin embargo, los combates entre leales al Gobierno y los golpistas continuaban en las calles dejando decenas de muertos y heridos, principalmente en las ciudades más importantes, Ankara y Estambul.


El levantamiento comenzó a última hora del día. Un grupo de militares puso en marcha el golpe de Estado con el objetivo de restaurar "la democracia secular". El primer movimiento visible fue el cierre de los puentes Bósforo y Fatih Sultan Mehmet.


El primer ministro, Bilan Yildirim, entró por teléfono en la cadena turca NTV para denunciar la asonada. "De momento no podemos hablar de golpe de Estado. Es una revuelta", afirmó.


Poco después, las Fuerzas Armadas enviaron un comunicado a las televisiones turcas en el que confirmaban el levantamiento armado y lo justificaban como la única forma de restablecer "el imperio de la ley y la democracia secular". Los sublevados incluso propusieron impulsar un proceso constituyente liderado por un "consejo de la paz" que garantizaría la seguridad de la nación euroasiática "independientemente de la raza, lengua o religión".


Horas después, el presidente electo, Recep Tayyip Erdogan, salió por televisión en varias cadenas en una conexión surrealista. Escondido, apareció a través del teléfono de una de las presentadoras afirmando que todavía ostentaba el poder. Solo se sabía que estaba en Mármaris -sudoeste del país, cerca de Bodrum- de vacaciones. Sus declaraciones sirvieron para incendiar los ánimos de sus partidarios. "Insto a nuestra gente, a todo el mundo, a que llene las plazas del país para dar al Ejército la respuesta necesaria", afirmó de forma airada. "Este golpe de Estado nunca tendrá éxito", indicó el presidente islamista. "Van a pagar un alto precio por actuar contra la nación", apuntó Erdogan, que recordó a sus soldados que era el comandante en jefe.


Sus partidarios le hicieron caso y salieron a las calles. Una explosión sacudía el centro de Ankara, donde se producían enfrentamientos armados a la puerta del Parlamento y en el Estado Mayor.


Era la respuesta de los dirigentes del Gobierno a los militares golpistas, que dieron por seguro el éxito del levantamiento. "El Ejército se hizo cargo totalmente para restaurar la democracia. Todos los acuerdos internacionales seguirán vigentes. Esperamos mantener nuestras buenas relaciones con todos los países", señaló el Estado Mayor del Ejército en una nota. Un máximo organismo que tenía a su jefe, el general Hulusi Akar, retenido. Además, calificó a Erdogan de "traidor" y declaró la ley marcial.


La presencia militar en las calles de Estambul y de Ankara, la capital, era excesiva. Decenas de soldados, acompañados por vehículos blindados hacían guardia en los puntos estratégicos de las dos ciudades; cazas de la Fuerza Aérea turca y helicópteros sobrevolaban en las dos ciudades.


Sin embargo, la situación comenzó poco a poco a cambiar. Uno de los primeros movimientos significativos fue que los militares abandonaron el aeropuerto Ataturk de Estambul. La televisión NTV emitió imágenes de soldados golpistas desarmados y arrestados por la Policía, en lo que parecía una señal de que el golpe militar había fracasado.


El viceprimer ministro turco, Veysi Kaynak, declaró a la televisión turca CNNTürk que Erdogan estaba volando hacia Estambul. "Nuestro presidente no es alguien que se rinde. Ahora está moviéndose hacia el aeropuerto Atatürk", dijo Kaynak.


Finalmente, el Servicio de Inteligencia dio por fracasada la intentona golpista. "El intento de golpe ha fracasado. Casi ha terminado. En algunas bolsas hay aún pequeños enfrentamientos. El golpe está siendo rechazado pero hay algunos (rebeldes) que resisten. Los responsables del intento serán juzgados por traidores", afirmó a los medios Nuh Yilmaz, subsecretario de Prensa del MIT.

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