La Iglesia rusa despide al portavoz que llamó "guerra santa" a los bombardeos
Sus declaraciones no gustaron nada en el Gobierno.
La Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) destituyó a su portavoz, Vsevolod Chaplin, que había declarado "guerra santa contra el terror" la intervención aérea rusa en Siria, declaraciones que no gustaron nada en el Gobierno.
Según informa este viernes la prensa local, Chaplin, uno de los más activos y radicales dirigentes de la IOR, y encargado de las relaciones con la prensa desde 2009, mantenía desde hace tiempo unas tensas relaciones con el Patriarca Kiril.
"Hacía mucho tiempo que su santidad y yo discutíamos sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado, y sobre la gestión de la IOR", declaró Chaplin a medios locales.
Chaplin vinculó hoy su destitución con el intento de acallar las voces más críticas e independientes, criticó la excesiva dependencia de la IOR del Gobierno y acusó a Kiril de "querer que en la Iglesia suene sólo su voz".
"Algunos creen que hay que minimizar el debate público, ignorar lo que piensa la gente y así viviremos tranquilamente hasta 2017 o 2018. Señores, eso no va a ser así", dijo en rueda de prensa.
El religioso tachó de "suicidio político" esa actitud represora con la libertad de expresión y predijo una "catástrofe" en forma de revolución si la elite del país no propone una batalla de ideas y una "vía pacífica" de reformar el país.
Al calificar de "guerra santa" la decisión del presidente ruso, Vladímir Putin, de atacar las posiciones del Estado Islámico en Siria, Chaplin indignó a la Cancillería rusa, ya que esas declaraciones tuvieron una gran repercusión en Oriente Medio.
La prensa árabe comparó a partir de entonces a los militares rusos con los cruzados cristianos, lo que dio al conflicto un cariz interreligioso que el Kremlin consideró inoportuno, ya que en Rusia hay además más de 20 millones de musulmanes.
Chaplin siempre consideró que la IOR debería haber tenido un papel mucho más activo a la hora de criticar la persecución de los cristianos en Oriente Medio y el Magreb, y de los popes ortodoxos en la vecina Ucrania.
El antiguo jefe del departamento de relaciones entre la iglesia y la sociedad ya había protagonizado numerosas polémicas, como cuando culpó a los mujeres rusas de provocar las violaciones al vestirse de manera provocadora.
La influencia de la IOR en la sociedad ha crecido enormemente desde la llegada al poder de Putin, que le ha devuelto las propiedades expropiadas durante la Unión Soviética, alentado su proselitismo por el mundo y hecho oídos sordos a las denuncias sobre su dudosa financiación.
Esa actitud de servilismo de la Iglesia con el Kremlin le ha valido la animadversión de liberales y comunistas, defensores en su mayoría de una sociedad secular.
