Noruega refuerza los controles en sus fronteras por la oleada de refugiados

Las autoridades quieren tener una mejor perspectiva y control sobre quienes llegan al país.

Las autoridades noruegas informaron de que reforzarán los controles policiales en las fronteras debido a la oleada de refugiados registrada en los últimos meses.


El objetivo es tener una mejor perspectiva y control sobre quiénes llegan a ese país nórdico, explicó en un comunicado el Ministerio de Justicia, que destacó que es la Policía la que determinará el lugar, tipo, dimensión y duración de esas medidas.

Noruega no forma parte de la Unión Europea, pero sí del acuerdo de Schengen de libre movilidad.


"En una situación de aumento de la llegada de refugiados es importante que las autoridades noruegas aclaren lo más pronto posible la identidad y el pasado de los que llegan al país para impedir, entre otras cosas, la inmigración ilegal y luchar contra la criminalidad", declaró el ministro de Interior, Anders Anundsen.

Anundsen resaltó que no se trata de restaurar los controles sistemáticos en las fronteras ni limitar el derecho de asilo a las personas que huyen de conflictos.


Según cifras oficiales, Noruega recibió la semana pasada 1.242 solicitudes de asilo, 452 más que la anterior.


También hizo hoy públicas las cifras de refugiados la vecina Dinamarca, que estima que entre el 6 y el 20 de septiembre llegaron al menos 12.400 desde Alemania, aunque solo 1.500 han presentado solicitud de asilo y se estima que el resto siguió viaje hacia otros países de Escandinavia.


Desde que Alemania autorizó el paso libre de refugiados en su territorio, Dinamarca registró un aumento considerable del número de migrantes llegados desde allí, lo que llevó a las autoridades danesas a detener temporalmente el tráfico ferroviario con ese país.


Ante la negativa de muchos de los refugiados de pedir asilo en Dinamarca por su deseo de hacerlo en Suecia y otros países nórdicos y apelando a la imposibilidad legal de retenerlos de forma indefinida, Copenhague decidió permitir el paso por su territorio.


Dinamarca, que desde la llegada al poder del nuevo Gobierno liberal ha recortado las ayudas a refugiados a la mitad, ha pasado de ser un "imán" para estos a convertirse en un "país de tránsito", según resaltó el ministro de Justicia, Søren Pind. 

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