Turquía va a elecciones anticipadas en medio de incertidumbre y violencia

La ruptura de la tregua entre el PKK y el Estado el mes pasado se ha traducido en ataques y atentados prácticamente a diario.

El primer ministro Ahmet Davutoglu durante una conferencia en Ankara.
El primer ministro Ahmet Davutoglu durante una conferencia en Ankara.
Reuters

Turquía volverá a las urnas en noviembre, tan solo seis meses después de las últimas legislativas, en medio de una escalada de violencia con la guerrilla kurda y una incertidumbre política que ya afecta a la economía del país.


El presidente de la Junta Electoral, Sadi Guven, anunció el martes que la fecha de las nuevas parlamentarias es el primero de noviembre.


El presidente, Recep Tayyip Erdogan, convocó el lunes por la noche los comicios anticipados ante el fracaso de las negociaciones para un Gobierno de coalición en las últimas seis semanas.


La fecha de los comicios se conoció poco después de que Erdogan encargara al líder del islamista AKP, Ahmet Davutoglu, la formación de un Gobierno interino.


En los comicios del pasado 7 de junio, el partido Justicia y Desarrollo (AKP), fundado por el propio Erdogan y presidido ahora por Davutoglu, perdió la mayoría absoluta que ostentaba desde 2002.


Davutoglu ha fracasado en formar un Ejecutivo de coalición, primero con el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP) y luego con el Movimiento de Acción Nacionalista (MHP).


Erdogan, al contrario de los usos políticos comunes hasta ahora, se negó la semana pasada a entregar el mandato para formar Gobierno al opositor CHP, el segundo más votado en junio.


Ahora Davutoglu tiene cinco días para formar un Ejecutivo de transición que lleve al país a los próximos comicios y en el que deberían estar representados todos los partidos del Parlamento.


Pero el laico CHP y el nacionalista MHP han reiterado que no participarán en ese Gobierno, por lo que Davutoglu ha respondido que propondrá a "independientes" para los puestos ministeriales que les corresponderían a estas formaciones según la Constitución.


"Hago un llamamiento a los partidos de la oposición para asumir esta responsabilidad común en estos tiempos llenos de desafíos para nuestra nación", solicitó el primer ministro en funciones en una rueda de prensa.


"Debemos evitar medidas que creen la impresión de una crisis política en el país", insistió.


El prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que entró por primera vez en el Parlamento en junio al superar la barrera legal del 10 por ciento de los votos, sí se ha mostrado partidario de participar, aunque ha dudado de la voluntad de Davutoglu.


"No deberíamos sorprendernos si intentan violar la Constitución y tratan de formar un Gobierno sin el HDP. Algo así sería rechazado por el Tribunal Constitucional", declaró el líder de esa formación, Selahattin Demirtas.


El Gobierno de transición no se someterá a un voto de investidura ni presentará un programa, ya que su único cometido es gestionar el país hasta las elecciones.


Una posible participación del HDP en el Ejecutivo tiene visos de generar polémica, sobre todo entre los sectores más nacionalistas, que ven en esa formación el brazo político del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).


La ruptura de la tregua entre el PKK y el Estado el mes pasado se ha traducido en ataques y atentados prácticamente a diario, en los que han muerto más de medio centenar de miembros de las fuerzas de seguridad.


La oposición y numerosos analistas han señalado a Erdogan como la persona que está detrás de la convocatoria de unas nuevas elecciones, con el objetivo de que el AKP recupere la mayoría absoluta y pueda gobernar en solitario.


Los más críticos sostienen que Erdogan pretende aprovecharse del clima de incertidumbre en el país para hacer llegar al electorado el mensaje de que, si los islamistas no logran una amplia mayoría, el país cae en el desorden.


Además, con esa mayoría, el AKP aspiraría a satisfacer el deseo del jefe del Estado de reformar la Constitución y crear un sistema presidencialista que le permita ejercer poderes ejecutivos.


Los expertos consideran muy difícil que el AKP recupere la mayoría absoluta si hay cuatro formaciones en el Parlamento y las encuestas auguran que el prokurdo HDP volverá a superar la barrera del diez por ciento.


En las últimas semanas, la escalada de violencia y la incertidumbre política ha asustado a muchos inversores, que se han retirado de Turquía, propiciando una caída de la moneda nacional, la lira, hasta mínimos históricos y desatando el temor a una crisis económica.


Además, la confianza de los consumidores en el rumbo de la economía del país ha caído a su nivel más bajo en los últimos seis años.

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