Miles de hongkoneses se manifestaron este miércoles en defensa de mayores libertades democráticas en un clima de incertidumbre tras el rechazo del parlamento a la reforma electoral propuesta por Pekín y cuando se conmemora este miércoles el aniversario del retorno de Hong Kong, como excolonia británica, a China.

La tradicional marcha, que se celebra todos los 1 de julio desde 2003, arrancó este miércoles con una menor movilización de lo esperado, con unas miles de personas concentradas lejos de las 100.000 que los organizadores esperan congregar a lo largo de la jornada.

Bajo el lema 'Construir democracia, recuperar el futuro', la marcha está impulsada principalmente por el grupo Frente Civil de los Derechos Humanos.

Este año tiene lugar trece días después de que el Parlamento de Hong Kong rechazara la reforma electoral propuesta por China que planteaba la oportunidad de implantar, por primera vez, el sufragio universal en las próximas elecciones al Gobierno de Hong Kong en 2017, si bien con el requisito de que todos los candidatos debían ser preseleccionados por Pekín.

El rechazo a la propuesta supone un desafío a Pekín y eleva las dudas sobre el desarrollo político de la excolonia británica para los próximos años, siete meses después de las multitudinarias protestas que se popularizaron bajo el nombre de "la revolución de los paraguas".

Legisladores prodemocracia hicieron un llamamiento a la población para acudir a la protestas de este miércoles para ejercer presión sobre al gobierno para que retome el proceso de reforma electoral.

Durante su discurso por el 18º aniversario de la entrega de Hong Kong a China, el jefe del gobierno de la ciudad, Leung Chung-ying, señaló que los problemas de la ciudad no pueden ser resueltos únicamente por la instauración de un sistema democrático y dijo que su prioridad para los dos últimos años de su mandato serán la lucha contra los problemas de la vivienda y pobreza.

"Ahora que el sufragio universal para la elección del jefe del Ejecutivo ha sido rechazado, el Gobierno necesita el apoyo y la cooperación de toda la comunidad si queremos impulsar la economía y mejorar la vida de la gente de Hong Kong", añadió, en medio de las protestas prodemocracia en las que se pide su dimisión.