Los mares europeos son productivos, pero no son saludables ni limpios

Según un estudio sobre mares, a pesar de "algunas mejoras", la forma en que los europeos utilizan sus mares es insostenible.

Los mares europeos son productivos en la actualidad, sin embargo, no son ni saludables ni están limpios, según el primer estudio de la Agencia Europea del Medio Ambiente sobre mares, que refleja que, a pesar de "algunas mejoras", la forma en que los europeos utilizan sus mares es insostenible y amenaza, no solo la productividad de estos, sino también el bienestar de los ciudadanos.


El estudio 'Estado de los mares europeos' va en línea con el desarrollo de los objetivos de 'Crecimiento Azul" de la Unión Europea, que aspira un mejor uso y más sostenible de los mares. El informe examina el cumplimiento de los objetivos de la política europea para lograr la calidad del medio ambiente marino.


El documento denuncia que las actividades humanas y el cambio climático están aumentando el número de presiones que afectan a los mares europeos y que los efectos acumulativos amenazan la funcionalidad y la resistencia de los ecosistemas marinos.


El informe concluye que el estado del 80% de las especies y hábitats evaluados es "desconocido"; que solo el 4 por ciento están en "buen estado" frente al objetivo del 100 por cien y que el 2 por ciento de los aspectos estudiados se encuentran "en mal estado". Además, apunta que el 100 por cien de los ecosistemas etá en estado "desconocido".


En concreto, señala que el 9 por ciento de los habitat marinos y el 7 por ciento de las especies están en un "estado de conservación favorable", mientras que el 66 por ciento de los hábitats y el 27 por ciento de las especies evaluadas están en situación "desfavorable".


En general, en los mares europeos se han hallado más de 650 especies de peces marinas; 180 aves marinas, cinco especies de tortugas y alrededor del 40 por ciento de los mamíferos marinos de todo el mundo. Además, se han detectado desde el año 2000 un total de 320 especies alóctonas.


Sin embargo, el estudio refleja que el conocimiento de la biodiversidad marina sigue siendo muy limitado, por lo que apela a una mayor cooperación entre los países de la Unión Europea y otros países fronterizos.


Asimismo, subraya que el cambio climático "ya está afectando a los ecosistemas marinos europeos" al tiempo que las sustancias peligrosas se están extendiendo por el medio ambietne marino y advierte de que estas se pueden acumular en la cadena alimentaria marina y suponer riesgos para la salud humana.


La basura marina, sobre todo procedente del plástico, también se acumula en los mares del continente y el estudio refleja que la mayor parte de esta procede de las actividades en tierra firme, al tiempo que incide en que los microplásticos pueden llegar también a la red alimenticia.


Otros de los problemas a los que se enfrentan los mares, según el documento, es el ruido submarino procedente de las actividades humanas, tales como la navegación, las energías renovables en alta mar, la extracción de hidrocarburos, que está aumentando y puede aumentar sus impactos para la vida marina.


En el lado positivo, advierte señales de mejora en ciertas presiones, tales como las pesquerías y la aportación de nutrientes. Sin embargo, refleja que más de la mitad de los estocks de pesquerías comerciales no se encuentran en buen estado y las caotyras totales en las distintas regiones pesqueras han disminuido en los últimos diez años.


La Unión Europea está aumentando su dependencia de las importaciones, sobre todo de las especies que más se consumen como el atún, el bacalao y el salmón. Se estima que el sector marítimo emplea a 6,1 millones de personas y genera un valor económico aproximado de 467 millones de euros.


Respecto a los estocks pesqueros comerciales que se han evaluado en los mares europeos, el 58 por ciento, no están en "buen estado ambiental", aunque no se puede evaluar el 40 por ciento de las capturas de la Unión Europea, lo que "hace imposible" valorar si su estado ha mejorado.


Desde las pesquerías, la producción energética en aguas lejanas, la protección y la biodiversidad marina, la Unión Europea tiene un conjunto de políticas de planificación y regulación para alcanzar este objetivo de uso sostenible de los mares.

Entre ellas, la Directiva Marco de la Estrategia Marina, de 2008, pretende asegurar la coherencia entre loas políticas europeas y establece los objetivos marinos, que pasan por lograr un estado "saludable", "productivo" y "limpio".Posibles consecuencias para la salud humana

El documento describe que las presiones a las que están sometidas los mares europeos están en aumento pese a que los océanos son "el hogar de una gran variedad de la vida marina y contiene ecosistemas esenciales para la vida del planeta", al tiempo que son una fuente importante de alimentos, materias primas, medicinas, energía y son usadas como autopistas del comercio internacional.


Sin embargo, revela que "solo un muy limitado número de habitats y epecies marinas tienen un estado de conservación favorable" y que las principales presiones a las que se someten son, entre otras, el daño físico al suelo marino, la introducción de especies alóctonas, la aportación de nutrientes, como los fertilizantes procedentes de la agricultura, los vertidos de sustancias peligrosas y contaminantes.


A estos problemas se suma el cambio climático, pues con la subida de temperaturas global potencia la acidificación de los océanos que en el futuro pueden debilitar la resiliencia ecológica de estos ecosistemas.


"Necesitamos respetar los límites ecológicos de los mares de Europa si queremos continuar disfrutando de los beneficios que recibimos de estos. Esto requiere que se alineen las ambiciones de las políticas para el crecimiento económico con los objetivos d elas políticas de seguridad sanitaria, limpieza y productividad de los mares. Esto llevará a cambios fundamentales en la manera en que nos relacionamos con las necesidades sociales", ha declarado el director ejecutivo de EEA, Hans Bruyninckx.


Finalmente, ha subrayado que el informe contribuye a mejorar el conocimiento necesario y relevante para las discusiones sobre las políticas a nivel global en la Unión Europea.