Rusia ofrece blindaje nuclear a Irán

Teherán valora una oferta rusa para la compra de misiles.

A falta de una semana para que expire el plazo marcado por Irán y el 5+1 (grupo formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania), los enviados de cada país vuelven a Ginebra para intentar cerrar un acuerdo sobre el contencioso nuclear. En medio de este momento clave para el proceso de diálogo ,Teherán valora una oferta rusa para la compra de misiles, según reveló Serguéi Chémezov, director general de la corporación estatal de defensa Rostec, durante una vista a Abu Dhabi.


Rusia espera la respuesta de la república islámica a la posibilidad de suministrarle misiles antiaéreos Antéi-2500 en lugar de los S-300 que le vendió en 2007, que ya no fabrica y cuya entrega canceló en 2010 a raíz de las sanciones que la ONU impuso a Teherán por su programa atómico. La anulación llevó a los iraníes a denunciar a Moscú ante la Justicia internacional y pedir una compensación que hasta ahora no ha recibido.


Los Antéi-2500 son una versión modernizada de los S-300 y los servicios de Inteligencia de Estados Unidos e Israel piensan que el objetivo de su compra es la defensa de las instalaciones nucleares ya que aportan una efectividad similar a la de los misiles Patriot de la industria norteamericana. Moscú no cumplió con el acuerdo, pero parece que Irán supo buscar una alternativa y un año después de firmar el contrato habría adquirido cuatro baterías completas de este mismo sistema de defensa a Bielorrusia, según reveló la publicación británica especializada 'Jane's Intelligence'."Protección muy efectiva"


Los expertos británicos consideraban en aquellos momentos que la compra «no es suficiente para la defensa de todo el país», pero subrayaron que el sistema otorga «protección moderna y muy efectiva para los puntos estratégicos». En la relación de estos lugares sensibles se encontrarían, según 'Jane's Intelligence', Teherán, sede del centro de investigación nuclear, la planta de Busher, que alberga el reactor atómico, y las instalaciones para el enriquecimiento de uranio de Natanz e Isfahán.


Pese a las sanciones internacionales, Irán ha sido capaz de completar el ciclo atómico, lo que le permite fabricar combustible para su reactor. Junto a este progreso en el campo nuclear, Occidente sigue con atención los avances en materia balística tanto por su capacidad defensiva como por la posibilidad de impactar en objetivos a más de 2.000 kilómetros de distancia, un radio en el que se encuentra Israel y las bases de Estados Unidos en la región.


Irán insiste en el carácter pacífico de su programa y hasta el momento los investigadores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica no han podido demostrar lo contrario. La firma de un acuerdo supondría un cambio radical en los equilibrios de una región en la que Teherán ha sido la gran amenaza desde el establecimiento de la república islámica y tanto Israel como Arabia Saudí, los dos grandes socios regionales de Washington, se oponen a cualquier pacto.