​Yemen abre una nueva etapa con la toma total del poder por parte de los hutíes

El movimiento hutí anunció la disolución del Parlamento y la formación de un Consejo Presidencial para la etapa transitoria.

El presidente del consejo transitorio de Yemen, Mohamed Ali al Huti, en el centro
​Yemen abre una nueva etapa con la toma total del poder por parte de los hutíes
Efe

El movimiento yemení de los hutíes anunció este viernes la disolución del Parlamento y la próxima formación de un Consejo Presidencial para la etapa transitoria, en medio de la crisis política que llevó a la dimisión del presidente de Yemen, Abdo Rabu Mansur Hadi.


Después de hacerse con el control en los últimos meses de siete provincias del país, incluida Saná, los rebeldes hutíes institucionalizaron este viernes con una declaración constitucional su rebelión y su toma del poder. Este grupo chií, también conocido como Ansar Alá (Seguidores de Dios), anunció en un acto en el Palacio Republicano de Saná dicha declaración, con la que se que pretende llenar el vacío de poder dejado por la renuncia de Hadi y del gobierno, el pasado 22 de enero.


Entre los puntos del acta -en vigor desde el momento de su anuncio- destaca el establecimiento de un Consejo Nacional Provisional, integrado por 551 miembros, que sustituirá al Parlamento.

Este órgano será el encargado de formar el citado Consejo Presidencial, que creará a su vez un Gobierno interino de tecnócratas. El Consejo Presidencial, de acuerdo con el acta constitucional, estará compuesto por cinco miembros y su mandato, como el del Ejecutivo interino, será de dos años. En este tiempo que durará la etapa transitoria deberán ser convocadas elecciones presidenciales y legislativas.


Tanto el Consejo Nacional Provisional como el Consejo Presidencial quedan supeditados al Comité Supremo Revolucionario, la jefatura de los hutíes, cuyo líder es Abdelmalek al Huti. Este Comité tiene el poder para refrendar o aprobar todas las decisiones del Consejo Nacional y emitirá una resolución que determine las prerrogativas de los órganos este viernes anunciados.


El periodista y miembro de los hutíes Abdel Karim al Hiwani inauguró la conferencia destacando que la fase interina es "el comienzo de una nueva era en la que la patria avanzará hacia la seguridad". "Estamos aquí para cumplir las aspiraciones del pueblo. Esta revolución llegó para subrayar que esta patria se merece sacrificios, para limpiarla de la corrupción y de los corruptos", afirmó.

Al Hiwani criticó a las fuerzas políticas por fracasar en lograr un acuerdo para la formación de un Consejo Presidencial y sacar al país de la crisis, de la que acusó a "la injustificada dimisión de Hadi y su Gobierno".


El pasado 1 de febrero, el movimiento chií dio un plazo de tres días a los grupos políticos para tomar "decisiones urgentes ante el vacío de poder existente", que no fue cumplido. El conflicto entre los rebeldes chiíes y las autoridades se agravó después de que los primeros tomaran el 20 de enero el palacio presidencial de Saná y bombardearan la residencia del jefe de Estado.


Dos días después, Hadi y el Gobierno presentaron su renuncia, declarándose incapaces de reconducir la situación tras el incumplimiento de varios acuerdos alcanzados entre la Presidencia y los hutíes, que estipulaban la retirada de los últimos de las zonas tomadas en los últimos meses.


Estuvieron presentes en la conferencia los ministros dimisionados de Defensa, Mahmud al Sobeihi, y del Interior, Yalal al Ruishan; así como el jefe de Estado Mayor, Husein Jeiran, y el jefe de los servicios secretos, Hamud al Soufi.


Los hutíes, que ya se alzaron en armas contra las autoridades en 2004 y 2010 y que iniciaron su expansión militar por todo el país el pasado septiembre, controlan siete provincias, incluida Saná.

De confesión musulmana, son chiíes de la rama de los zaidíes, que representa entre el 30 y el 50 por ciento de los 25 millones de habitantes que pueblan Yemen, el país más pobre de la península Arábiga.


Su expansión pone en jaque también a las monarquías suníes de la región, en especial Arabia Saudí, cuyo ejército ayudó a las autoridades yemeníes a aplastar las anteriores revueltas hutíes.

En este sentido, el texto hoy publicado subraya que la nueva autoridad "adoptará una política exterior basada en la buena vecindad y en la no intervención en los asuntos internos de otros países".


Las respuestas al anuncio no se hicieron esperar. Arreciaron críticas desde Naciones Unidas y Estados Unidos, mientras que las ciudades yemeníes de Taiz (sur), Eb (centro) y Al Hodeida (oeste) fueron escenario de protestas de rechazo. Por el contrario, en la capital Saná, los partidarios de los hutíes lanzaron fuegos artificiales en señal de alegría por la toma del poder por parte de la milicia.