El Consejo de Seguridad de la ONU volvió a unirse para tratar de mejorar la situación de la población en Siria y autorizó a las agencias humanitarias el suministro de ayuda a través de cuatro puntos fronterizos en zona rebelde, sin necesidad de recibir permiso del Gobierno de Damasco.

Las potencias occidentales, por un lado, y Rusia y China, por el otro, dejaron de lado sus diferencias y aprobaron por unanimidad la resolución, que se negoció discretamente durante semanas para garantizar un texto aceptable para todos.

El documento final -redactado por Australia, Luxemburgo y Jordania- se suavizó respecto a las primeras versiones para evitar un veto de Moscú, el principal socio del Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, en el Consejo de Seguridad, y no incluye medidas automáticas para castigar un posible incumplimiento.

La resolución se centra en el apartado humanitario, con la gran novedad de permitir a las agencias humanitarias de la ONU y a sus socios utilizar cuatro nuevos puntos fronterizos -dos con Turquía, uno con Irak y otro con Jordania- para el suministro de ayuda.

Los convoyes que utilicen esas vías no necesitarán la luz verde de Damasco, que ha bloqueado la entrega de asistencia a través de zonas que no controla y que el mes pasado advirtió que suministrar ayuda en áreas rebeldes sin su consentimiento equivaldría a un ataque.

La ONU, sin embargo, considera que la decisión del Consejo de Seguridad es suficiente para proceder al suministro de ayuda, con el que espera beneficiar a unos tres millones de personas que llevan meses sin acceso a alimentos o medicinas.

Así lo aseguró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que destacó la referencia explícita en la resolución a la necesidad de garantizar el suministro de equipos médicos, dado que "éstos han sido retirados frecuentemente de convoyes de ayuda, en violación de la legislación internacional".

La ONU se encargará, según la resolución, de establecer un mecanismo de vigilancia que garantice que los convoyes sólo transporten ayuda humanitaria.

Todos estos puntos tienen validez por un periodo de 180 días, después del cual el Consejo deberá revisar su aplicación.

Además, la resolución autoriza a las agencias humanitarias a cruzar las líneas del conflicto que separan posiciones rebeldes de las del Ejército para alcanzar al mayor número posible de población.

La decisión sigue a otra resolución aprobada también por unanimidad en febrero, en la que el Consejo de Seguridad exigió a las partes del conflicto que facilitasen la entrega de ayuda a la población, levantasen los sitios de ciudades y otras medidas para aliviar el sufrimiento de los civiles.

Desde entonces, sin embargo, en lugar de mejorar la situación humanitaria en Siria no ha hecho más que empeorar, según los repetidos informes elaborados por la ONU, que acusan a ambos bandos de incumplir la resolución.

En total, Naciones Unidas calcula que en Siria hay 10,8 millones de personas que necesitan ayuda, casi la mitad de ellas en áreas consideradas hasta ahora de difícil acceso.

"Esta resolución era necesaria por los obstáculos impuestos por el régimen sirio al suministro de asistencia humanitaria", defendió hoy el embajador francés en la ONU, Gérard Araud.

En esa línea, la representante estadounidense, Samantha Power, subrayó que "nunca debería haberse necesitado una resolución del Consejo de Seguridad para que un Gobierno permita que millones de familias tengan acceso a alimentos y medicinas".

El representante ruso, Vitaly Churkin, destacó que el texto trata por igual a los dos bandos y busca garantizar también que los grupos de la oposición faciliten el paso de ayuda.

La resolución, por insistencia rusa, no incluye ninguna mecanismo automático para garantizar su cumplimiento, aunque advierte de la posibilidad de emprender medidas adicionales en caso de que las partes no obedezcan.

Cualquier tipo de sanción necesitaría una nueva decisión del Consejo, que a priori sería vetada por Rusia, que se ha opuesto en todo momento a que la ONU tome medidas contra Damasco.

Fuera de lo estrictamente humanitario, el texto aprobado hoy insiste en que "la única solución posible a la crisis actual de Siria pasa por un proceso político inclusivo y dirigido por los sirios" y acoge con satisfacción el nombramiento de Staffan de Mistura como nuevo enviado especial de la ONU para el conflicto.