Al menos ocho policías murieron ejecutados por los talibanes, que los tenían secuestrados desde hacía varios días en una zona del sur de Afganistán, informó una fuente oficial.

Los policías fueron ejecutados en la provincia de Zabul, en el distrito de Naw Bahar, donde los policías fueron secuestrados hace una semana en una emboscada, dijo el vicegobernador provincial Mohammed Jan Rasoulyar.

En las últimas horas, al menos otros seis policías y quince insurgentes murieron en dos enfrentamientos en Afganistán, el primero de ellos en el distrito de Yamgan, en el norte del país asiático, donde fallecieron los agentes.

En el otro incidente, al menos quince insurgentes murieron en el distrito de Sistani Marjah, en el sur del país, en una operación conjunta de la Policía y el Ejército afganos.

Estos incidentes se producen en plena campaña de primavera de los talibanes, anunciada a comienzos de mes por los insurgentes para "eliminar invasores extranjeros" pero "sin causar daño a los civiles", en una ofensiva cuyo objetivo son también funcionarios y políticos afganos que apoyen la "ocupación".

Con la llegada del buen tiempo, se recrudecen tradicionalmente los combates en Afganistán y en esta ocasión acontecen en medio del proceso de elecciones presidenciales en el país, cuya primera ronda se celebró el pasado 5 de abril y la segunda está prevista para el próximo 15 de julio.

Las tropas de la OTAN destacadas en Afganistán se hallan en pleno proceso de retirada y transfieren gradualmente las competencias de seguridad a la Policía y al Ejército afganos.

El repliegue concluirá el próximo diciembre, si se cumplen los plazos previstos, pero la comunidad internacional sopesa mantener cierta presencia militar en suelo afgano más allá de esa fecha.