Un año y medio después del naufragio del crucero Costa Concordia en el que murieron 32 personas comenzará este miércoles el juicio contra el principal imputado, el capitán Francesco Schettino, mientras que el enorme barco sigue encallado frente a la isla del Giglio (Italia).

El inicio del proceso, que se celebra en Grosseto (centro de Italia), se aplazó del pasado día 9 por una huelga de abogados, pero este miércolesestá previsto que comience con la presentación de las partes civiles.

Actualmente se han presentado 242 partes demandantes, entre pasajeros, grupos ambientalistas, ayuntamientos y también el grupo Costa Cruceros, al que pertenecía el crucero.

El proceso se tendrá que celebrar, así como ha sido para las audiencias preliminares, en el teatro de Grosseto ante el enorme interés que ha suscitado y la presencia de cerca 160 personas entre el público y los parientes de las víctimas y otros pasajeros afectados.

El proceso de prevé largo ya que la fiscalía ha citado a declarar a 338 testigos, mientras que el abogado de Schettino a 96 y las partes demandantes a 575

En el naufragio murieron 32 personas, entre ellas un español y dos peruanos, y aún dos cuerpos no han sido recuperados.

El capitán Schettino se enfrenta solo a este juicio en el que está acusado de homicidio culposo múltiple, abandono de la nave, naufragio y de no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión contra el escollo que provocó el naufragio el 13 de enero de 2012.

En otro proceso paralelo que se celebrará el 20 de julio, en una audiencia preliminar se decidirá si admitir las penas pactadas (entre uno y dos años de reclusión) por los otros acusados del naufragio: el responsable del puente de mando, Ciro Ambrosio; la oficial, Silvia Coronica; el timonel Jacob Rusli, el jefe de los servicios de a bordo, Manrico Giampedroni, y el jefe de la unidad de crisis de Costa Cruceros en tierra, Roberto Ferrarini.

El Costa Concordia continúa en Giglio

Mientras que en el aula se revivirá la tragedia, a pocos kilómetros de Grossetto, en la isla del Giglio sigue en la misma posición en la que quedó aquella noche, inclinada sobre un lado, la enorme mole del Costa Concordia.

El gran crucero, de 290 metros de longitud, 70 metros de altura, sigue encallado, oxidándose poco a poco, frente a la localidad turística sin que aparentemente haya habido algún cambio a pesar de que se trabaja para ser transportado a otro lugar.

Desde mayo 2012 la sociedad estadounidense Titan Salvage, en colaboración con la italiana Micoperi se están ocupando de la construcción de las estructuras submarinas para estabilizar el barco y evitar que se hunda para siempre, lo que significaría una enorme catástrofe ambiental.

El próximo paso, para que al que aún falta mucho, según la prensa italiana, será la instalación de los grandes bidones que servirán a hacer reflotar la parte hundida de la nave para poder ser trasladada a otro lugar más seguro para su desguace.

Las compañías explicaron que su reflote podría comenzar en septiembre, pero el comisario nombrado para afrontar la emergencia del Costa Concordia, Franco Gabrielli, explicó en una reciente entrevista que esta operación podría ser retrasada por "la falta de datos que garanticen la seguridad de la operación".

En un primer momento se había asegurado que el barco sería retirado al final del verano de 2013, pero Gabrielli confirmó que los tiempos serán mucho más largos.