Visita de Benedicto XVI

El Papa se despide del Líbano con una misa en Beirut

Benedicto XVI celebra esta mañana una misa multitudinaria junto al mar, y cierra su viaje al Líbano, el primero que hace a este país y el cuarto a Oriente Medio.

El Papa, esta mañana en  Beirut
El Papa se despide del Líbano con una misa en Beirut
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La misa del papa Benedicto XVI en el muelle de Beirut comenzó este domingo ante de decenas de miles de personas que no quisieron perderse esta ocasión histórica.


Tras recorrer en papamóvil las calles de Beirut, el santo padre, vestido con una sotana verde, subió al altar montado al aire libre junto al mar, mientras sonaba el himno "Cómo amo tu misericordia", en lengua siriaca, empleada en los rituales maronitas (cristiano de Oriente).


En su discurso de bienvenida, el patriarca maronita, monseñor Bechara Rai, afirmó que este viaje pastoral de Joseph Ratzinger a Oriente Medio -en un momento de transformaciones radicales que amenazan la seguridad y estabilidad- está lleno de esperanza.


Durante la misa, el sumo pontífice entregará a los prelados de la región la Exhortación Postsinodal (documento final) del Sínodo de Obispos para Oriente Medio, que firmó el viernes pasado en la sede del Patriarcado maronita en Harissa, 28 kilómetros al norte de Beirut.


Dirigiéndose al papa, Rai aseguró que ese documento "dibujará el mapa para las iglesias (de Oriente Medio) durante esta primavera" espiritual.


En su homilía, el papa Benedicto XVI destacó la necesidad de que los cristianos sirvan "a quienes necesitan ayuda, a quienes sienten dolor y a quienes viven en una situación desfavorecida" y pidió a los fieles que profundicen más en su fe.


Les solicitó que soporten "el camino que Jesucristo ha elegido, que es difícil y doloroso. No es el camino ni de la autoridad ni de la gloria, pero es el camino que lleva a la vida definitiva con Dios".


En la misa, que todavía continúa, se han leído extractos en árabe del Evangelio de Marcos.


Decenas de miles de fieles siguen la misa en el muelle de Beirut, en una marea blanca y amarilla (los colores del Vaticano), mientras que unos 1.400 periodistas se han acreditado para seguir este acontecimiento.


Hoy es el último día de la visita de tres días de Joseph Ratzinger al Líbano, la primera a este país en sus siete años de pontificado, y la cuarta de Oriente Medio.