EE. UU.

Sancionados los marines estadounidenses que orinaron sobre cadáveres talibanes

El Ejército también ha adoptado acciones administrativas contra seis soldados por el incidente en el que varios ejemplares del Corán fueron incinerados.

El Departamento de Defensa de EE. UU. anunció este martes que ha sancionado a seis militares implicados en la quema de ejemplares del Corán en Afganistán y a tres marines que orinaron sobre cadáveres de talibanes, en incidentes separados. 


Ambos episodios, no relacionados, salieron a la luz a principios de año generando tensión en las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán, cuando ya está en marcha la retirada del país que se espera concluya en 2014.


Las acciones contra los marines se refieren a un vídeo divulgado el 11 de enero pasado en Youtube en el que se ve a cuatro militares estadounidenses orinando sobre los cadáveres de varios insurgentes muertos en un ataque en la provincia afgana de Helmand.


Los tres militares se han declarado culpables de su participación en el vídeo y serán sancionados según el Código de Justicia Militar, pero no afrontan cargos criminales, informó el Cuerpo de Infantería de Marina (Marines) en un comunicado.


Las sanciones específicas no se harán públicas porque se trata de un castigo no judicial que se rige por un procedimiento administrativo, así como la identidad de los tres marines implicados.


Las sanciones pueden ser desde la degradación, una congelación temporal del sueldo o una amonestación que quedará registrada en su hoja de servicio y puede afectar a su desarrollo profesional en las Fuerzas Armadas.


El Cuerpo de Infantería de Marina indicó que anunciará acciones disciplinarias contra el cuarto implicado más adelante, aunque no determinó una fecha.


Por otra parte, el Ejército informó de que ha adoptado acciones administrativas contra seis soldados por el incidente en el que varios ejemplares del Corán procedentes de una cárcel fueron incinerados junto con material de desecho.


El incidente, ocurrido en febrero en la base de la OTAN en Bagram, cerca de Kabul, fue denunciado por dos empleados afganos de y desató varios días de revueltas en Afganistán en las que murieron una treintena de personas.


Las autoridades explicaron que el material se había retirado de la prisión porque temían que los detenidos estuvieran pasando mensajes extremistas entre sus hojas.


El Ejército estadounidense abrió una investigación para evitar un nuevo episodio como de mala gestión de material religiosa y ha incluido preparación para los militares estadounidenses que vayan a ser enviados a la región para tratar este material adecuadamente.