Siria

Putin intentará reanimar el plan de paz reuniéndose con Annan

Hasta ahora, el líder ruso se había mantenido al margen de las labores de mediación en Siria y limitado a negar una y otra vez que Al Asad era amigo del Kremlin.

Vladimir Putin
Putin intentará reanimar el plan de paz reuniéndose con Annan
AFP

El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, intentará reanimar el plan de paz en Siria en la reunión que mantendrá este martes con el mediador internacional de la ONU, Kofi Annan, en una implicación más directa en la búsqueda de una solución diplomática del conflicto.


Durante esa reunión, Putin "expresará una vez más el apoyo de Rusia al plan de paz de Annan para el arreglo político-diplomático de la crisis en Siria", según anunció este domingo el Kremlin a través de un comunicado.


"Rusia parte de que ese plan es la única plataforma capaz de solucionar los problemas internos en Siria", añade la nota oficial recogida por las agencias locales.


Putin ha respaldado desde el principio el plan de Annan al considerar que el cumplimiento de sus seis puntos por parte del régimen de Bachar al Asad y los rebeldes es la mejor forma de evitar una guerra civil en el país árabe.


No obstante, hasta ahora el líder ruso se había mantenido al margen de las labores de mediación en Siria y limitado a negar una y otra vez que Al Asad sea amigo del Kremlin.


La visita de Annan coincide con un aumento de la escalada de la violencia en el país árabe y el aumento de las críticas contra el mediador por parte de los países de la región y las grandes potencias, que parecen haber perdido la fe en el plan de paz.


El Kremlin opina que Occidente quiere poner una cruz a la misión de la ONU y allanar el camino para una injerencia exterior en Siria según el guión libio: sanciones internacionales, embargo aéreo, intervención militar occidental y cambio de régimen.


Por ello, Rusia rechazó el nuevo proyecto de resolución presentada esta semana por Occidente en el Consejo de Seguridad argumentando que condenaría al fracaso a la misión de los 300 observadores de Naciones Unidas en el país árabe.


El proyecto occidental da un ultimátum de diez días a Damasco para el cese del uso de armamento pesado.


En caso contrario, Occidente amenaza con la imposición de duras sanciones diplomáticas y económicas incluidas en el capítulo 7, que contempla también medidas de fuerza contra los países que pongan en peligro la paz y la seguridad mundiales.


Moscú considera inadmisible que Occidente vincule la estancia de la misión de la ONU con el cumplimiento de una serie de condiciones solamente por parte del régimen sirio y no por la oposición, que cuenta con el claro apoyo de Estados Unidos y los países europeos.


De hecho, la resolución alternativa propuesta por Rusia pide la prolongación por otros tres meses de la misión de los desarmados cascos azules cuyo mandato expira el 20 de julio, aduciendo que es la única forma de conocer lo que ocurre realmente en ese país.


"Aunque trabajan en condiciones difíciles, de todas formas, la misión permite obtener información objetiva. Por eso, la salida de los observadores de la ONU de Siria dificultaría la situación y al final obstaculizaría el arreglo político", aseguró Guennadi Gatílov, viceministro de Asuntos Exteriores, a las agencias rusas.


El mediador en Siria se reunirá ya mañana, lunes, con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien pedirá al mediador internacional que llame a la oposición a sentarse a negociar con las autoridades.


"Annan es el principal negociador en ese proceso, pero lamentablemente no vemos resultados prácticos de sus contactos con los opositores", aseguró Gatílov.


El diplomático ruso llamó a Occidente a persuadir a la oposición siria a que se atenga al diálogo político con el régimen, uno de los puntos del plan de paz, ya que las demandas de la renuncia de Al Asad "sólo conducirán a un callejón sin salida".


Además, rechazó la propuesta del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de aprobar una operación de pacificación para frenar los combates, a lo que se opone también Damasco, que lo consideraría un violación de su soberanía.


Rusia ha condenado la matanza perpetrada esta semana en la ciudad siria de Tremseh, en la que murieron unas 200 personas, y demandó una investigación de los hechos para dirimir responsabilidades.


No obstante, mientras Occidente y Annan acusaron directamente al régimen sirio de seguir utilizando armamento pesado en las ciudades, Moscú dejó entrever que los autores de la matanza son aquellos grupos antigubernamentales a los que conviene instigar un conflicto civil para derrocar a Al Asad.


En un intento de arrebatar la iniciativa a Occidente en Siria, Putin también recibirá esta semana al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien es uno de los enemigos más acérrimos del régimen de Al Asad.


Erdogan mantiene que la comunidad internacional no puede cometer el mismo error que en la antigua Yugoslavia y quedarse con las manos cruzadas mientras en Siria se producen una matanza tras otra.


Mientras, Al Asad ha acusado recientemente a Turquía de apoyar abiertamente a los "terroristas" que combaten su régimen desde hace más de 16 meses.