EE. UU.

Obama logra una victoria clave con el aval del Tribunal Supremo a su reforma sanitaria

La ley pretende que a partir de 2014 la mayoría de los estadounidenses cuente con cobertura médica.

Protestas en las puertas del supremo contra la reforma sanitaria de Obama
Protestas en las puertas del supremo contra la reforma sanitaria de Obama
AFP

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, logró el aval del Tribunal Supremo a su reforma sanitaria, la iniciativa clave de su mandato, en lo que constituye según todos los analistas una victoria clave a poco más de cuatro meses de los comicios donde aspira a la reelección. 


En medio de una expectación inusitada desde que en 2000 el Supremo tuvo que dirimir la presidencia entre George W. Bush y Al Gore, los jueces del Supremo sentenciaron que la ley es constitucional en sus elementos esenciales.


Por 5 votos a 4, y con el inesperado apoyo del presidente John Roberts, normalmente alineado con los miembros conservadores, los jueces aprobaron la disposición más polémica, la que introduce la obligación para todo estadounidense de contratar un seguro médico privado, so pena de multa.


Al comenzar la lectura de la sentencia, Roberts indujo a error a muchos medios pues calificó de inconstitucional esta disposición, conocida como "mandato individual", sobre la base de la ley de Comercio, según la cual el gobierno federal no puede interferir en la libertad de comercio.


Pero, a continuación, explicó que el Tribunal podía aceptar el mandato individual si las sanciones que contempla se consideran un impuesto y no una multa, algo sobre lo que el Congreso puede legislar.


En una declaración a la Nación desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama, visiblemente aliviado, consideró "una victoria de todos" la decisión de los jueces.


Según Obama, lo que ha hecho el Tribunal, al ratificar su constitucionalidad, es reafirmar el "principio fundamental" de que en Estados Unidos, "la nación más rica del planeta", ninguna enfermedad lleve a las familias "a la ruina financiera".


"La gente que tiene la capacidad de permitirse un seguro debe y tiene la responsabilidad de adquirirlo", añadió el presidente en su declaración, en la que pidió a sus rivales políticos que dejen de lado sus rencillas para avanzar en aspectos como el empleo.


"No hice esto pensando que era bueno políticamente; lo hice pensando que era bueno para el conjunto de la nación", subrayó el mandatario.


Reforma ambiciosa


La reforma sanitaria de Obama es la mayor desde la creación en 1965 de los programas federales Medicare, para la tercera edad y jóvenes minusválidos, y Medicaid, para personas sin recursos, y una solución para un sistema que estaba fragmentado.


La ley pretende hacer casi universal la atención sanitaria, incluyendo a unos 50 millones de estadounidenses en el sistema de salud, protege los derechos de los pacientes frente a los eventuales abusos de las compañías aseguradoras y busca reducir la espiral de incrementos en las primas.


Entre sus beneficios, recordados hoy por Obama, prohíbe que las aseguradoras rechacen a personas con enfermedades previas, les prohíbe también limitar los beneficios y repercutir en las primas las desviaciones de sus costos de administración.


Permite que los jóvenes adultos hasta los 26 años -el caso de los estudiantes universitarios- sigan cubiertos por las pólizas de los padres y amplía la población necesitada que podrá acogerse a las ayudas federales.


Según sus críticos, por el contrario, constituye una intromisión intolerable del Estado en las relaciones entre médico y paciente, disparará la deuda pública y desalentará la creación de empleo al obligar a las empresas a pagar más por los seguros.


El candidato presidencial oficioso del Partido Republicano, Mitt Romney, respondió rápidamente y con contundencia a la sentencia del Supremo desde un podio cercano al Capitolio.


Es importante tener claro, dijo Romney, lo que dice y lo que no dice la sentencia: "Los jueces afirman que la reforma sanitaria no viola la Constitución, pero no dicen que sea una ley buena o una política buena".


La reforma sanitaria impulsada por el presidente Barack Obama, enfatizó, "fue mala política ayer y es mala política hoy... es importante que la revoquemos y reemplacemos con una verdadera reforma", subrayó Romney.


Romney reiteró su promesa electoral de que revocará y reemplazará la ley, si resulta elegido en los comicios presidenciales del 6 de noviembre.