Terrorismo

Cuatro muertos en atentado contra un autobús en Pakistan

La bomba fue accionada por control remoto y que entre los heridos -cinco de ellos se encuentran en estado crítico- hay cuatro policías.

El autobús estudiantil tras el atentado.
El autobús estudiantil tras el atentado.
AFP PHOTO

Al menos cuatro estudiantes murieron y otras 39 personas resultaron heridas por la explosión de un coche bomba al paso de un autobús en las cercanías de una universidad de Quetta, en el oeste de Pakistán, informó una fuente policial.


La explosión ocurrió a primera hora de la mañana (hora local) en el área de Samangali, cerca de la Universidad IT, y el artefacto tenía como objetivo un vehículo de transporte de estudiantes, precisó un responsable policial local, Sajat Gul.


La fuente añadió que la bomba fue accionada por control remoto y que entre los heridos -cinco de ellos se encuentran en estado crítico- hay cuatro policías, pero reconoció que aún se desconoce la motivación del ataque contra los estudiantes.


En las últimas semanas se han producido varios atentados contra autobuses en el oeste de Pakistán.


El pasado lunes dos personas murieron y unas veinte resultaron heridas en Quetta por la explosión de una motocicleta-bomba al paso de un autobús en un atentado que medios locales atribuyeron a motivos sectarios.


Quetta es la capital de la conflictiva provincia de Baluchistán, que es la demarcación más extensa y menos poblada de Pakistán y también la que cuenta con algunos de los indicadores de desarrollo más negativos del país pese a albergar grandes recursos naturales.


En la región operan desde hace décadas varios grupos nacionalistas armados con militantes de etnia baluchi que persiguen la independencia o una mayor autonomía de Baluchistán.


En la parte norte, fronteriza con las convulsas áreas tribales, actúan también numerosas milicias talibanes y otros grupos radicales suníes que a menudo cometen atentados sectarios contra la minoría chií.


Los ataques contra las fuerzas del orden y los asesinatos de funcionarios y otros trabajadores, especialmente de etnia punyabí, son frecuentes por parte de los separatistas baluchis.