ACAMPADA

El Ayuntamiento de Aínsa y los scouts piden a las administraciones que eviten el desalojo de Griébal

La CHE ha dado cuatro días a los responsables del campamento para desalojar a los 500 jóvenes que allí se encuentran.

Representantes del Ayuntamiento de Aínsa, la Comarca de Sobrarbe y los Scouts de Aragón se reunirán mañana para buscar soluciones ante el ultimátum de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para el desalojo, como muy tarde el martes, de los 500 jóvenes acampados en Griébal. Mientras, los organizadores de la actividad siguen «estupefactos» tras recibir la orden del organismo de cuenca, que no consideran «competente» en este asunto y que les comunicó su decisión el viernes, alegando que existe «riesgo de incendio». Además, aseguran que están «desbordados porque no sabemos qué vamos a hacer», y se sienten «desamparados por las administraciones», aunque se sienten apoyados por las numerosas llamadas que están recibiendo desde toda Europa.


También las familias de los acampados han mostrado su inquietud, así como otros muchos scouts de diversos países que hace meses que organizaron su estancia en este núcleo. De hecho, de los 500 jóvenes que hay en Griébal, un 50% son extranjeros procedentes de Bélgica, Dinamarca, Portugal o Estados Unidos, relató Esteban Urgel, presidente de Scouts Aragón.


Urgel recordó que en mayo mantuvieron «dos reuniones con la CHE y otra el 1 de julio, y en ningún caso se habló de esta medida», por lo que ahora se encuentran «desorientados». «No sabemos a qué obedece esto», añadió, al tiempo que recordó que ellos mismos han encargado «dos estudios técnicos para mejorar la seguridad, porque somos los primeros interesados». «Llevamos 25 años aquí -desde que la Confederación cedió su uso- y hemos sido los únicos que nos hemos preocupado por evitar riesgos», reprochó.


Por su parte, José Miguel Chéliz, alcalde de Aínsa (municipio al que pertenece Griébal), afirmó ayer que el Ayuntamiento también está «muy preocupado» por la amenaza de cierre de este asentamiento, que coincidió con Urgel en describir como «un referente internacional y emblema de la comarca». Chéliz recordó que precisamente este año se limpió el monte «para paliar el importante riesgo de incendio que existía», y a raíz de esta actuación Medio Ambiente de la DGA encargó un informe en el que se instaba a tomar más medidas, como la instalación de hidrantes y la actualización de las rutas de evacuación. «Después se emitió otro dictamen que entendíamos que daba luz verde a la acampada este año, aunque remitía a otro estudio más amplio, pero a la CHE no le pareció suficiente y encargó otro informe según el cual el riesgo de incendios no es aceptable» en este enclave «que se ha rehabilitado con una alta inversión económica y un gran esfuerzo».


En este sentido, Esteban Urgel destacó que «este año es cuando mejor está». «El Instituto Aragonés de la Juventud, que es el que debe autorizar las actividades, hizo una inspección el 9 de julio y no hubo ningún problema», argumentó, y pidió que las medidas propuestas «se tomen a partir de septiembre». Además, «no tenemos medios para alojar en otro sitio a estas 500 personas y, en caso de traslado, no podemos responsabilizarnos si ocurre algo».


Por todo ello, tanto Urgel como Chéliz pidieron a las administraciones implicadas «sensatez y sensibilidad» para «reconducir una situación muy difícil».