Fernando Mora, pasión y difusión vitivinícola

Dicen que el que no arriesga, no gana. Eso debió de pensar el aragonés Fernando Mora tras disfrutar del enoturismo. Este contacto esporádico se convirtió en su pasión cuando decidió cambiar su profesión de ingeniero mecánico por la de vinatero. "Me enamoré instantáneamente del vino. Entonces, mi mujer y yo convertimos una de nuestras habitaciones en una pequeña bodega", cuenta Mora. Para realizar esta tarea, fue consciente de que debía formarse sobre el sector, pues "el vino es un producto complejo porque resume muchas disciplinas".

Para ello, estudió la parte cultural, social, técnica, histórica y comercial de este producto, en muchas ocasiones, hablando con la gente. "He encontrado mucho conocimiento en los que se dedican a este sector en Aragón", asegura Mora. Esta sabiduría le valió, no sin esfuerzo, la obtención del título ‘master of wine’ el año pasado, uno de los más prestigiosos y exigentes del mundo. "Este reconocimiento te da una visibilidad extra en el sector", comenta.

Mora emplea esa puerta que se abre ante estos expertos para defender los viñedos viejos que quedan en Aragón y ayudar a poner la garnacha aragonesa en el mapa como una de las mejores del planeta. "Debe convertirse en una referencia de las garnachas del mundo porque, además, el origen de esta variedad está en nuestra Comunidad".

Un galardón en su tierra

Al recibir el premio al Mundo del Vino, Fernando Mora se muestra ilusionado: "Este suplemento fue el primero que habló de nuestros vinos –Bodegas Frontonio, en la comarca de Valdejalón–. Además, recibir el galardón en tu tierra es esperanzador, pues denota que se apuesta por las personas de aquí".

Ahora, forma parte de proyectos colectivos entre los que destaca ‘Save the old wine’, que aboga por conseguir la certificación para las bodegas con viñedos viejos.

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