Cabecita Loca acaba de convertirse en el mejor vermú español (y también uno de los mejores del mundo) en los premios International Wine Challenge 2019, que se han celebrado recientemente en Londres.

La bebida artesana, elaborada por Binomio Vinos en la localidad oscense de Barbastro, ha obtenido la medalla de plata en la categoría de "fortificados" del reconocido concurso internacional.

Así pues, de entre todos los vermús presentados a nivel mundial, solo dos han sido galardonados en este certamen: el aragonés Cabecita Loca, con 91 puntos, y el californiano Vya Sweet Vermouth, con 88 puntos y una medalla de bronce.

Los International Wine Challenge son conocidos como "los Oscar del mundo del vino" debido a la participación de jueces expertos de todo el mundo –masters of wine, master sommerliers, importadores, distribuidores, enólogos, prescriptores, críticos y periodistas especializados-, lo que asegura que "solo los más experimentados y respetados paladares califiquen los vinos durante el concurso", explican desde Binomios Vinos en una nota, donde manifiestan su "orgullo" por este galardón internacional recibido en Londres.

"Cabecita Loca nos está dando grandes alegrías. Primero con nuestra sangría artesana, premiada como la mejor de Aragón y una de las dos más reconocidas de España, y ahora con el vermú. Obtener 91 puntos en uno de los certámenes más prestigiosos del mundo es para nosotros todo un orgullo", aseguran desde esta empresa aragonesa que apuesta por "diferenciarse" del sector con su trabajo artesanal. "Por encima de todo, somos artesanos y nuestro objetivo es emocionar con nuestras elaboraciones", ha destacado el artesano alimentario de Binomio Vinos y creador de Cabecita Loca, Víctor Clavería.

El vermut Cabecita Loca está elaborado de forma artesanal, siguiendo el estilo tradicional, sobre una base de vino de garnacha de Aragón. Cuenta con más de 20 extractos donde predomina la Artemisia Absinthium -ajenjo-, entre hierbas, raíces, flores, especias y frutas, que han sido maceradas sobre el vino, al cual confieren -según los expertos- "un aroma y sabor característico amargo y tópico con una elegancia particular".

En la actualidad, es el único vermú que cuenta, además, con un sello de Artesanía Alimentaria otorgado por una institución pública; en este caso, el Gobierno de Aragón.

La bebida se presenta en una botella de alta gama, con un cierre de vidrio Vinolok, y cuesta 14 euros.