Hace 10 años que El Plata Cabaret reabrió sus puertas después haber estado cerradas durante mucho tiempo. Esta reapertura llegó con novedades en la parte artística pero también en la gastronómica, con la posibilidad de cenar antes del espectáculo. Seguramente era algo bastante conocido; sin embargo, muy poca gente lo tenía en cuenta. Más que nada porque la oferta no resultaba demasiado atractiva: ni el menú de la cena, ni la propuesta de picoteo de la terraza.

Desde hace un año todo eso ha cambiado. Es el tiempo que ha transcurrido desde que el cocinero y cantante Alberto Brosed asumió la gerencia de El Plata. Su cometido es muy amplio, pero de los detalles de la parte gastronómica se ocupa especialmente.

Los jueves, viernes y sábados, antes de la sesión de las 23 horas, es cuando se puede cenar (20 euros, con bebida incluida, a los que hay que añadir el espectáculo: 18 euros, el jueves; 20 el viernes y 25, el sábado, con una copa). La puntualidad es importante y se pide a los comensales que poco después de las 21.30 horas estén sentados a la mesa.

Todo está muy medido

El servicio es ágil y, el recetario, sin acudir a elaboraciones y presentaciones demasiado rebuscadas, tiene algunos detalles que lo acercan a la propuesta artística. Los pases de la cena siempre son los mismos –aperitivo, dos entrantes, plato principal a elegir y postre–, aunque el menú cambia todos los meses.

En el de noviembre se ofrece, para empezar, una cucharita de melón con sal de ibérico y reducción de vermú y, como entrantes, tosta de arenque ahumado, confitura de tomate, queso de cabra y encurtidos, y croquetas de boletus con chutney de vegetales.

La relación producto/elaboración/precio está bastante conseguida y se refleja, sobre todo, en los platos principales.

A Alberto Brosed le gusta especialmente la carrillera de duroc en escabeche ligero de cítricos. Con esta receta inauguró la nueva etapa gastronómica del Plata y, un año después, la ha rescatado.

Son muchos los matices que se pueden descubrir en este plato, además del toque cítrico que le hace parecerse a un escabeche: el dulzor y el amargor de la reducción de quina; la acidez de la naranja, el limón y la lima; la sutil presencia del jengibre...

Las guarniciones no se trabajan excesivamente pero esto es algo que se puede entender. Es lo que tiene dar de cenar a 100 personas un sábado con el minutero metiendo prisa. En cualquier caso, siempre se busca un acompañamiento digno. En el caso de la carrillera, patata asada y luego frita, y en el lomo de lubina al horno, pesto casero y cherrys asados. El menú de noviembre se remata con un hojaldre de crema pastelera y frutas.

Durante la cena, se procura que el ambiente sea como el de cualquier restaurante. Siempre hay grupos amplios, alguna despedida de soltero/a, pero cada vez se ven más parejas y grupos pequeños de amigos.

Además de esta opción, El Plata ofrece un menú de picoteo (croquetas de boletus, patatas bravas y calamares a la andaluza. Incluye una bebida. 10 euros por persona más la entrada al cabaret) que se puede pedir los jueves antes de la sesión de las 23 h. y los sábados por la tarde (19.30 h). Y por último está la terraza, cuyo apartado gastronómico también ha cambiado mucho, pero esa ya es otra historia.

Café El Plata

Calle Cuatro de Agosto, 23. Zaragoza.       Teléfono. 647 619 302 Horario: de 13.00 a 15.30 y de 20.30 a 23.00. Descanso: Domingo, lunes, martes y miércoles, cerrado.  Ir al suplemento de gastronomía