No es fácil encontrar en el Tubo espacios como el que propone esta terraza cargada de burbujas. Y es que el champán y el cava, de la mano de un espacio denominado Henry Abelé y de un amplio surtido de espumosos del Grupo Freixenet, están muy presentes en su propuesta de tarde. De hecho, este establecimiento se vive, fundamentalmente, por la noche, aunque los sábados también abre a mediodía.

A pesar de encontrarse en una ubicación muy céntrica (frente a Casa Pascualillo, en el corazón del Tubo), hay que fijarse bien para adivinar que tras una discreta entrada aparece una terraza tan abierta en un entorno de calles tan constreñidas. Solo por este detalle y por el de los burbujeantes vinos espumosos, se puede hablar de un espacio singular y complementario.

El picoteo que ofrece es sencillo, sin grandes complicaciones alrededor de raciones, montaditos, ensaladas y tapas para compartir. En la barra se pueden encontrar clásicos como la Gilda o las anchoas del Cantábrico servidas sobre una escarcha de vinagre para ir abriendo boca. Y una de sus señas de identidad es la curiosa tortilla de patata que se sirve en un bollo recién horneado.

Dentro de la sencillez de las propuestas, al producto se le dedica una buena atención. Es el caso, por ejemplo, del atún rojo ahumado y guacamole, del pastel de cabracho o del bonito con pimientos asados caseros y piparras; referencias muy veraniegas trabajadas con mimo, como también sucede con el foie micuit con confituras caseras. Cuando llegue el frío estos productos irán evolucionando hacia platos de cuchara transformando la carta y adaptándola a las nuevas estaciones. Lo mismo sucederá con la terraza, que se puede cubrir.

La tradición también está presente con recetas como la cazuela de pisto de bacalao o la carrillera de ternera con espuma de patata. Es al llegar a las tostadas donde, de nuevo, este establecimiento se sale de los caminos más trillados para ofrecerlas, por ejemplo, de brandada de bacalao gratinada, de confit de pato con mermelada de naranja y vainilla o de pulpo y langostinos al ajillo.

La carta se completa con dos ensaladas clásicas como la César y la de rulo de cabra, y con la posibilidad de concluir la velada con el regusto dulce de unas trufas caseras o de unas cuantas tartas. Los espacios cubiertos de la zona de restaurante y de la barra, y otros más abiertos pensados para disfrutar de la primera copa hasta no muy entrada la madrugada, ofrecen la sensación de haber pasado por varios diferentes. Y en pleno corazón del Tubo.

Libertad 6.8

Dirección: Libertad 6-8.

Teléfono: 687 473 431.

Horario: de 20.00 a cierre. Sábado, de 13.00 a cierre. Abre todos los días.

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