Seguir una dieta más sana gracias al etiquetado

Se entregarán un total de 3.000 ejemplares a los consumidores aragoneses para concienciar sobre la nutrición saludable.

Una rebanada de pan de hogaza con aceite de oliva, típica de la dieta mediterránea.
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Una nueva guía, editada por la dirección general de Consumo del Gobierno de Aragón, enseña a conocer los alimentos a través del etiquetado, lo que permitirá al consumidor mejorar sus hábitos y su seguridad alimentarios y le facilitará la toma de decisiones económicas.


La dirección general de Consumo del Ejecutivo ha editado 3.000 ejemplares de esta guía para entregar a los consumidores aragoneses y la ha presentado en el marco de una nueva aula de consumo dedicada a la alimentación y a aspectos de la misma como el etiquetado, la nutrición o la obesidad, han informado fuentes del Gobierno de Aragón.


"El etiquetado es el escalón más importante para un consumo responsable, sostenible y solidario de alimentos", ha subrayado el director general de Consumo, Sergio Larraga, quien ha inaugurado el aula a la que han asistido como ponentes Agustín Ariño Moneva, Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Zaragoza y Juan Revenga Frauca, Licenciado en Biología y Diplomado en Dietética y Nutrición Humana por la Universidad de San Jorge.


Según las mismas fuentes, el etiquetado es el principal medio del fabricante o productor de alimentos para comunicar al consumidor información sobre el producto, lo que le permitirá tomar una decisión adecuada en función de sus preferencias y economía, así como llevar a cabo una dieta más correcta, equilibrada y saludable.


Mejorar los hábitos alimentarios

De esta forma, la información de la etiqueta tiene como objetivo mejorar los hábitos alimentarios del consumidor, quien conocerá con seguridad los ingredientes que contienen los alimentos y dispondrá de sus características nutricionales.


Pretende mejorar también la seguridad alimentaria, al ofrecer la fecha de duración mínima o caducidad del producto a consumir, informar de las condiciones de conservación y utilización del alimento y permitir la detección de algún ingrediente contraproducente para personas alérgicas o intolerantes.


Asimismo, facilita la toma de decisiones debido a que un buen etiquetado permite al comprador valorar económicamente la relación entre el precio y la calidad del alimento.


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