Hace apenas dos años se inauguraba en la calle Estébanes de Zaragoza una nueva taberna, El Balcón del Tubo. Los tres socios que pusieron en marcha el negocio, Dora Gracia, Joaquín Jaulín y Paco Luce, tienen una dilatada experiencia hostelera y al menos, de entrada, da la impresión de que también tienen claro el rumbo.

Lo primero que llama la atención es la amplitud del local, con dos espacios muy diferenciados (a dos alturas, incluso). Uno puede acoplarse a su generosa barra u optar por sentarse en la parte más baja, donde hay varias mesas y bancos. Una tercera opción (la más recomendable) es coger silla y mesa en uno de los tres balcones abiertos a la calle Libertad. Se trata de un mirador privilegiado al Tubo y a buen seguro que va a ser uno de los espacios más demandados de la taberna.

Su apuesta gastronómica nació abierta a muchas posibilidades. Así, por ejemplo, no faltan banderillas, tapas frías, montaditos y fritos que bien podrían degustarse en cualquier otro establecimiento de la zona, al tiempo que se ofrecen propuestas mucho más jugosas. Para hacer lo mismo que el vecino, no me meto en esta inversión, han debido pensar los socios fundadores, y eso se nota, y mucho.

Llaman la atención cuatro carpaccios: de buey con aceite de romero, de bacalao con tomate marinado al hinojo y aceite de olivas negras, de pulpo con aceite de tomate seco y de ciervo con champiñón laminado y aceite de tomillo. Queda claro que el aceite es una de sus claras apuestas, aromatizado de diferentes formas según el producto al que acompañe. Y para las ensaladas, siempre el de la variedad picual.

Como productos calientes, El Balcón del Tubo ofrece parrilladas de verduras de la Ribera del Ebro, con virutas de foie y aceite de pimienta rosa, con salsa Romescu y aceite de nueces y con virutas de ibérico y aceite de especias. De nuevo el aceite, absolutamente protagonista.

La presentación de estos platos no se sale demasiado de lo que uno piensa que va a degustar cuando acude al Tubo. En forma de tapas, cazuelitas o raciones para compartir es como se presentan la mayoría, prestando mucha atención, también, a su origen aragonés y al hecho de que se trate de productos de temporada. Así que cuando toque, habrá setas, adobos o escabeches, y cuando el frío arrecie se incorporará un plato del día, que bien podrá ser un guiso, un arroz, una fideuá o unas alubias.

En fin, que se nota que la cocina de El Balcón del Tubo es grande y tiene muchas posibilidades, algo que se evidencia, sobre todo, en las sugerencias y especialidades calientes. Además de las parrilladas de verduras, la parrilla sigue siendo protagonista en la torreta de chirgoll con sardinas o en el secreto de Teruel que se prepara con aceite de ajos y piquillos. Otras elaboraciones son las 'sartencicas' rusiente de carnes, de embutidos de Aragón y marinera. O las dos ofertas de pescados muy, muy aragoneses: tartera de congrio seco con espárragos y flor de huevo y bacalao con verduritas y gratén de ajoleo.

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