Restaurante

Restaurante Bole: gastrobar, vinoteca y curiosos menús

En un mismo establecimiento de Zaragoza confluyen un gastrobar, una vinoteca y un restaurante de carta y de menú con posibilidades muy interesantes.

Comedor del bar restaurante Bole , en la zona de Francisco de Vitoria
Restaurante Bole de Zaragoza: gastrobar, vinoteca y curiosos menús
AF

Hace nueve años, cuando el concepto de gastrobar ni existía, abrió uno en Zaragoza. Con sus tapas y raciones modernas y muy elaboradas, acompañadas de una amplia oferta de vinos por copas, y en un ambiente informal, el Bole rompió moldes, llamó la atención y se hizo un nombre y un hueco en el panorama de la restauración zaragozana. Hoy, son unos cuantos los locales que han seguido ese camino y que con matices plantean una oferta parecida. 


Pero el Bole es mucho más. Además de gastrobar, vinoteca y restaurante de carta, planteamientos que por sí solos darían mucho juego para hablar de este establecimiento, también ofrece una cuidada oferta de menús que va muy en la línea del concepto de taberna moderna con el que se podría etiquetar al Bole . Desde que abrió sus puertas ha estado presente el denominado menú de trabajo. Al principio, casi para cubrir el expediente de lunes a viernes, ya que solo había dos opciones de primeros y segundos platos para elegir; hace unos años se amplió a tres, y desde hace un año ya son cinco las posibilidades.


La presentación de los platos es muy cuidada y el precio se sitúa en un nivel (14,80 euros, con bebida e IVA incluidos) que da de sí lo suficiente como para encajar productos frescos, muy bien seleccionados, trabajados y presentados a la mesa. Este menú se mantiene de lunes a viernes. La atención al vino tampoco se descuida y así, por ejemplo, se ofrece la posibilidad de degustar el Beso de Vino, de Bodegas Grandes Vinos y Viñedos, en cualquiera de sus versiones: tinto, blanco o rosado.


El planteamiento del menú el sábado a mediodía, con ligeras variantes, es muy parecido y el precio es de 17,80 euros. Sí cambia más el de ejecutivo, que está planteado como un menú de temporada que suele aguantar alrededor de tres meses y que incluye dos entrantes, un plato principal y el postre, además de la bodega. En cuanto a las elaboraciones, no varían mucho respecto al que se ofrece a diario, pero sí la calidad de las materias primas. Así, por ejemplo, pueden aparecer el carpaccio de atún con jengibre, la pularda rellena con salsa de moscatel o una muy conseguida tempura de verduras. Se puede degustar a mediodía y por la noche, y el precio es de 25 euros. Además, con el vino también se da un salto de calidad, ya que en estos momentos se ofrece un crianza de Bodegas Edra.


Por último, el menú degustación amplía el anterior con un entrante más, por 30 euros, y también se ha pensado en los más pequeños con una propuesta que se adapta a sus gustos (10 euros). En fin, que el abanico es amplio, y aunque los menús no son la principal seña de identidad de este establecimiento, sí que se han hecho un hueco en su oferta gastronómica como argumento a través del que muchos clientes seguro que se animan a descubrir otras posibilidades.


Haga clic para ver otros restaurantes.