ESTERCUEL

Cena al calor de las hogueras

La celebración de la tradicional fiesta de San Antón tiene un especial significado en la localidad turolense de Estercuel, donde se mantiene como agradecimiento a la figura del santo por haber librado al municipio de una peste que azotó los pueblos de alrededor.

Celebración de la fiesta de la Encamisada, de Estercuel, en una edición anterior.
Cena al calor de las hogueras
HERALDO

Entre todas las fiestas locales que se celebran en la provincia de Teruel estos días, los Sanantones de Estercuel, localidad de la comarca Andorra-Sierra de Arcos, merecen mención aparte por su singularidad: la procesión de la Santa

Encamisada, un espectáculo que mezcla fervor, fuego, tradición y gastronomía.


Según la leyenda, esta celebración comenzó como una procesión para dar las gracias a San Antón por haber librado a Estercuel de la peste. Para mantener la tradición tal y como ha llegado hasta estos días, la organización de la fiesta corre a cargo de catorce matrimonios o parejas de la localidad, siete salientes y siete entrantes. Estos últimos se limitan a observar y a escoltar a los salientes para reproducir su papel en la fiesta del próximo año. La fiesta comienza hoy a las 16.30 con el recorrido de las hogueras, son 15, que arden en las calles para marcar el recorrido de la Santa Encamisada. La más grande, mejor formada y que no utilice añadidos ajenos (solo permiten material vegetal) tiene premio.


Una vez prendidos los fuegos, a las 20.00 comienza la procesión de la Santa Encamisada. El recorrido se realiza en sentido contrario al resto de procesiones. Empieza en la plaza de la Iglesia, al son de campanas y acordes musicales. El procurador, el rey, el conde y los mayorales, papeles interpretados por los vecinos según su edad y autoridad, encabezan la comitiva a caballo, les siguen los ediles y, detrás, el resto del pueblo. Para iluminarla, balcones y ventanas se engalanan con velas que, junto con la luz y el olor de las hogueras, el ruido de los cascos de caballo contra el suelo y los ropajes de las figuras crean un ambiente mágico.


Pero no todo es tan solemne en las Santonadas. A las 21.00, todo el pueblo se sienta alrededor de las hogueras y utiliza el fuego para preparar una buena cena a la brasa a base de chorizos, costillas, morcillas y toda clase de productos cárnicos, sobre todo, de cerdo, ya que no hay que olvidar que este animal es el estandarte gastronómico de la provincia y hasta esta localidad llegan los ecos del codiciado jamón turolense. La cocina local también plantea interesantes platos con cordero, normalmente guisos y asados, que pueden degustarse en cualquier restaurante de la zona. Pero eso tendrá que ser ya mañana, ya que hoy es importante seguir la tradición. Para ayudar a entrar en calor, se reparte entre los asistentes vino dulce y pastas típicas de la comarca, como las tortas de alma, pastissets o coquetas, a la vez que se les anima a comprar los cartones de bingo que se jugará en el descanso del baile que comenzará a continuación.