El Aragonia Palafox de Zaragoza cumple diez años. El restaurante zaragozano va a conmemorar este aniversario con un completo programa de interesantes propuestas que serán fiel reflejo de su buen hacer a lo largo de este tiempo, en el que se ha destacado por dar placer gastronómico a sus clientes.

Durante toda esta década, se ha consolidado un proyecto de excelencia en la restauración aragonesa, según un modelo -restaurante de alta gastronomía en un hotel de gran categoría- que ahora se ha instaurado por toda la geografía española, con evidentes éxitos. Jesús Solanas, director y sumiller del establecimiento, junto con diferentes profesionales al frente de los fogones a lo largo de este tiempo, ha conseguido situar al Aragonia Palafox como una referencia en el mapa gastronómico aragonés y también nacional.

Para esta conmemoración, el restaurante ha preparado el programa ‘Diez años. Diez Jornadas’, que se inicia con un menú degustación de diez platos maridados con otras tantas cervezas. Son cervezas singulares y artesanas, todas ellas elaboradas en el extranjero. Esta semana se presentó este menú a la prensa especializada en una sesión en la que estuvo presente Eduardo Serrano, director de restauración de Hoteles Palafox, y que fue dirigida por Jesús Solanas y por Sergio Ruiz, experto en cervezas.

De los platos que componen el menú son responsables los cocineros Noelia Andía y Roberto Alfaro y están elaborados con productos emblemáticos de nuestra despensa, como borraja, pollo de corral, bacalo, ternasco, queso de oveja o melocotón de Calanda. Añadiendo otros venidos de fuera, como anchoas del Cantábrico, bogavante o foie gras de pato.

El Aragonia se ha ganado también un gran prestigio por su excepcional bodega, catalogada como una de las mejores de España. En ella reposan más de 10.000 botellas de unas 1.500 referencias, que descansan al abrigo de una arquitectura que participa de la misma excelencia que rige todo el conjunto. La decoración del establecimiento lleva la firma del prestigioso interiorista Pascual Ortega. El empleo del ladrillo aragonés en tonos muy claros, junto con elementos naturales como los troncos de árbol encalados, traducen la inspiración regional que se funde en perfecta armonía con las últimas tendencias.