FUNDADOR DE CC. OO.

Emotivo adiós a Marcelino Camacho

El ex dirigente falleció a los 92 años de edad por las complicaciones de la enfermedad de Alzhéimer.Por la capilla ardiente pasaron el Príncipe de Asturias, Zapatero y representantes de la vida política.

Los socialistas Zerolo, Menéndez, Iglesias y Gómez.
Emotivo adiós a Marcelino Camacho
J. LIZóN/EFE

El ex dirigente de Comisiones Obreras Marcelino Camacho, fundador del sindicato que nació en la clandestinidad durante el franquismo y activo militante contra la dictadura, murió a los 92 años víctima de las complicaciones de la enfermedad de Alzhéimer. Camacho, que estaba ingresado en el Hospital Puerta de Hierro, falleció a la 1.30 horas de la madrugada del viernes. La capilla ardiente del sindicalista quedó instalada en la sede del sindicato CC. OO. y por ella desfilaron ayer representantes del mundo de la política y la economía.


Marcelino Camacho recibió un multitudinario adiós. Ante su féretro, instalado en el auditorio sindical bautizado con su mismo nombre, no dejaron de pasar rostros de la más variopinta procedencia. Como era de esperar no faltaron los amigos que, con más anonimato y tristeza que otras personalidades, querían acercarse y despedir a su líder, tanto sindical, como en la vida cotidiana.


A mediodía, el Príncipe don Felipe acudió en representación de la Casa Real para dar el pésame a la viuda, Josefina Samper, y a sus dos hijos, Marcel y Paula. La "compañera de toda la vida" del veterano sindicalista se unió en un apretón de manos con el heredero de la Corona, mientras compasiva, pero con suma entereza, no apartaba la mirada del cuerpo de su marido y susurraba "pobre, pobre".


La sala se impregnó de un fuerte olor a flores, y es que las coronas enviadas se contaban por centenares. Ciudadanos de todas las edades desfilaron frente a Camacho para despedirse con un beso al aire o el puño en alto. Incluso algunos le dedicaron poemas resaltando su calidad humana y coherencia de vida. Y es que, como comentó Cándido Méndez, secretario general de UGT, "Marcelino fue un militante romántico y un ciudadano ejemplar".


"Ni alto, ni bajo, ni gordo, ni flaco, ni rubio, ni moreno", así se definía Marcelino Camacho, según su amigo Nicolás Sartorius. Su compañero de cárcel en los tiempos más duros de la dictadura resaltaba su actitud dialogante y respetuosa con las opiniones y las críticas de sus camaradas. También Santiago Carrillo, quien en otros tiempos tuvo fuertes discrepancias políticas con el fallecido, se fundió en un entrañable abrazo con Josefina. A su juicio, se marcha "una de las figuras más notables de la lucha antifranquista" y "uno de los más enérgicos y entregados luchadores por la causa de la libertad del pueblo español".


Sencillo y austero


Los que le conocían bien resaltaban que era un hombre muy sencillo y normal que no abandonó su piso del barrio madrileño de Carabanchel, sin calefacción a pesar de la insistencia del ex secretario general de CC. OO., José María Fidalgo. Su austeridad llegó a tal grado que recuperada la democracia se empeñó en trasladarse por Madrid en metro, sin ninguna medida de seguridad, y escuchando todo tipo de comentarios sobre su persona.


"Fue un luchador por la clase obrera y nunca olvidó su condición de trabajador", recordaba con la voz entrecortada Mª Luisa Suárez, fundadora de uno de los primeros despachos laboralistas en la capital. La actriz Tina Sainz añadió que Marcelino fue "un comunista que pudo pasear con la cabeza bien alta por su lucha y trabajo en la sociedad".


Al mediodía, tras descansar poco más de una hora, Josefina volvió junto al ataúd de su marido. Abrazó el féretro, besó su lisa frente y le acarició para demostrarle que ya le echaba de menos. El público que había velado su cadáver en el auditorio, emocionado, aplaudió al contemplar el gran gesto de amor.


Tras el Consejo de Ministros, diferentes miembros del Gobierno se personaron en la capilla ardiente. Zapatero, que volvó desde Bruselas, se yó a su llegada algunos gritos que pedían su dimisión, hasta que un miembro del sindicato se giró y rogó silencio. "Compañeros, hoy no es el día", recriminó. El jefe del Ejecutivo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, recibieron sendas reprimendas de Vicenta, la hermana del fallecido, por sus políticas sociales, muy alejadas de las que Camacho defendió en vida.


"Este país tiene una gran deuda con Marcelino y gente como él, personas que han ayudado a que se pase de la negra noche de la dictadura a una democracia avanzada", recalcó el actual líder de CC. OO., Ignacio Fernández Toxo.


Los restos mortales de Marcelino Camacho serán trasladados hoy a las 11.30 hasta la Puerta de Alcalá. Allí su familia, junto a sus camaradas del sindicato y del Partido Comunista le darán un último adiós. Después será enterrado en el cementerio civil de la Villa.