SANIDAD

El Hospital Clínico atiende al año 80 nuevos casos de anorexia y bulimia

La Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del centro sanitario alerta del paulatino aumento de los casos de inicio por debajo de los 13 años.

J. Mariano Velilla.
El Hospital Clínico atiende al año 80 nuevos casos de anorexia y bulimia
APG

Es en época de verano cuando el cuerpo se expone más a las miradas y llegan los regímenes 'milagrosos'. Y es, precisamente, este periodo el de más riesgo para que algunas mujeres comiencen a modificar sus hábitos de conducta alimentaria y caigan en enfermedades más graves como anorexia y bulimia. Una patología que afortunadamente se ha mantenido estable en los últimos años, aunque su prevalencia sigue siendo preocupante. La Unidad del Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) del Hospital Clínico, que es de referencia en Aragón, atendió 80 nuevos casos en 2009, de los cuales 25 eran menores de 13 años y 53 se situaban entre los 14 y 18 años. A estos hay que sumar los que siguen el tratamiento en este mismo departamento.

"El inicio de estos trastornos cada vez es más temprano, en años anteriores a la pubertad. Estamos viendo en consulta niñas de entre 9 y 10 años", asegura el doctor José Mariano Velilla, jefe de sección de Psiquiatría Infanto Juvenil del Hospital Clínico. En estos casos, añade, la carga genética y el ambiente familiar en el que se desarrolla la vida de estas menores influyen de una manera muy significativa. "Normalmente, son niñas que crecen en ambientes donde existe una preocupación por la dieta", apunta el doctor.

Los expertos hablan normalmente en femenino porque ha quedado suficientemente demostrado que esta es una enfermedad de mujeres. Un 85% de los nuevos casos que atendió el Clínico en 2009 fueron féminas frente a un 15%, que eran hombres. Ellas, según explica Velilla, son más vulnerables a esta enfermedad por la propia sociedad en la que vivimos, con un referente del cuerpo de la mujer muy cuestionado, y por sus propios factores afectivos: tienen más miedo a ser cuestionadas, menos autoestima? "Ha habido un bombardeo continuo hacia la mujer y a la vez la industria adelgazante ha ido creciendo. Cada vez ha habido más productos dietéticos, light?", recuerda. "En cambio, el modelo estético del hombre es de otro tipo. Muchos no se ven nunca lo suficientemente musculados y se entregan de una manera convulsiva al deporte. Este trastorno se llama vigorexia", señala.

En cifras globales, se calcula que un 16% de los jóvenes aragoneses se encuentran en el inicio de una conducta anómala respecto a la comida, aunque el porcentaje se reduce al 4,7% si hablamos de enfermedades relacionadas más graves, como anorexia o bulimia.

Tratamiento multidisciplinar

Una vez detectado el problema, el tratamiento tiene que ser multidisciplinar, en el que colaboran diferentes especialistas. Ya que no solo es importante cambiar el comportamiento alimenticio sino afianzar los puntos débiles, para que la persona "recupere la autoestima y evolucione". Hay que tener en cuenta que un 70% de las personas que sufren un trastorno de la conducta de la alimentación desarrollan otras enfermedades psíquicas como la depresión, ansiedad o comportamientos compulsivos. Incluso en casos más extremos se llega a las tendencias suicidas. La mortalidad se sitúa en torno al 3% en pacientes crónicos. "Aún así sigue siendo una cifra preocupante", alerta el experto.

Normalmente, en un 70% de los casos la recuperación se consigue en los años posteriores, pero en el resto su cura es más prolongada y de más larga duración. Solo en un 20% es necesaria la hospitalización (completa o parcial), pero en la mayoría el tratamiento es ambulatorio, ya que "es importante para su curación que la paciente esté en su entorno familiar". "Muchas veces conseguir esta motivación es lo más difícil", añade el responsable de la unidad del Clínico.

La evolución de los trastornos de la conducta alimentaria han cambiado con los años. Fue a partir de los años 90, cuando se produjo el boom. De hecho, la evolución se ve en las estadísticas. En 1976, la misma unidad del Clínico tan solo recibió un caso nuevo de este tipo, en 1990 fueron 12, hasta alcanzar, por ejemplo en 2005 los 115. En los tres últimos años, la tendencia se ha mantenido más o menos estable, y los casos han oscilado entre los 60 y 90 anuales.