El Gobierno da un paso más para ejecutar dos tramos de autovía pendientes en Huesca

Autoriza la licitación de los últimos 13 kilómetros de la A-22, de Huesca a Siétamo, y la obra de la A-21, de Tiermas a Sigüés.

Trazado y situación de la A-21 y A-23
Trazado y situación de la A-21 y A-23
Heraldo

El Gobierno central dio un paso más para acabar los desdoblamientos de carreteras pendientes en Huesca al autorizar, al fin, la licitación de dos tramos bloqueados desde hace años. Se trata de los últimos trece kilómetros que restan para culminar la construcción de la autovía de Lérida (A-22), entre Huesca y Siétamo, y el tramo Sigüés-Tiermas (A-21) que permitirán dar continuidad a los dos sectores en servicio de la autovía que deberá unir Jaca y Pamplona. Además, el Consejo de Ministros autorizó también la licitación de un contrato de conservación de carreteras de Huesca.

Los dos tramos de autovía oscense suman una inversión superior a los 145 millones de euros, aunque el Ministerio de Fomento únicamente ha incluidos sendas partidas testimoniales en los presupuestos de este año. Para acabar la autovía de Lérida, que requiere más de 69 millones, ha reservado 1 millón. Mientras tanto, para el citado tramo de la A-21 ha consignado mucho menos dinero en las cuentas, 200.000 euros, aunque valora la inversión total en 75,8 millones.

Si se cumplen sus previsiones oficiales, ambas actuaciones deberían salir a concurso este mismo año, adjudicarse en 2018 y entrar en servicio a lo largo de 2021, tal y como establecen las partidas plurianuales del presupuesto.

La licitación del último tramo de la A-22 supondrá todo un hito para las oscenses, que esperan desde hace años a que comiencen las obras entre Huesca y Siétamo.

La variante de Almacellas se abrió al tráfico hace ya cinco años y desde entonces se reivindica la conclusión de la autovía de Lérida, que cuenta con 94,3 kilómetros en servicio desde julio de 2012. Los casi 13 kilómetros de la salida de Huesca ha sufrido una calvario medioambiental que ha demorado su ejecución. El único trámite que se ha hecho fue encargar a finales de 2012 la revisión del proyecto original para abaratar su coste y adaptarlo así a una orden ministerial. Desde entonces, los Presupuestos Generales apenas han reservado partidas para iniciar las obras, sin ningún éxito.

Con el paso dado ayer, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, también estará en condiciones de desbloquear uno de los tramos afectados por las denominadas "reprogramaciones" de obra, los 6,5 kilómetros que separan los enlaces de Sigüés y Tiermas, en la A-21. Su construcción resulta clave, ya que enlazará los dos tramos de la autovía en servicio, entre Pamplona y Tiermas (50 kilómetros) y de Sigüés al límite provincial de Zaragoza y Huesca (otros 10,8 kilómetros).

Impulso al eje oscense

Con los presupuestos vigentes, todos los tramos pendientes de la autovía entre Huesca, Jaca y Navarra (A-21 y A-23) deberían estar al fin licitados y en obras antes de que acabe el año. Esto supone reactivar las obras en cuatro sectores y avanzar en la ejecución del resto. No obstante, la inversión se limita a 51 millones de euros, un tercio de la cuantía comprometida en las partidas plurianuales para este año que se recogieron en las cuentas de 2016 (figuraban 145,82 millones). Esto implica que se demorará otro año la conclusión del eje oscense, de 2020 a 2021.

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